Ilustramos el día de Santa Ana
con una imagen que merece la pena destacar, pues hace casi dos siglos que la
Hermandad a la que pertenece no celebraba el día de hoy entorno a ella.
La zaragozana Hermandad de San
Joaquín está inmersa en la celebración de su V Centenario, y preparando los
fastos del aniversario se reencuentran con esta imagen, siempre localizada en
sus archivos, pero totalmente perdida en la referencia hasta que alguien decidió
llamar a la puerta del convento de las Capuchinas para ver si seguía allí.
Esta Hermandad fue fundada en el
Convento de Santo Domingo de Predicadores en el siglo XVI, como queda
documentado en diferentes fuentes conservadas. Desde entonces y hasta la
actualidad sus actividades quedan reflejadas tanto en el propio archivo de la
Hermandad, como en otros; así como en diferentes fuentes, trabajos o
investigaciones, siendo el siglo XIX, más concretamente desde 1851 hasta 1897,
un periodo que queda vacío
Cuando se restablece la actividad
en 1897 es deseo de los cofrades volver a recuperar su patrimonio, que se
encontraba disperso. Una vez restablecidos canónicamente en la Iglesia de Santa
Isabel (que sigue siendo su sede) es el momento de volver a instalar capilla
propia recuperando las figuras que se sabe en manos de las Hermanas Capuchinas.
En el archivo de la cofradía se
conservan dos escrituras, con las Asignaciones y Cesión de la Capilla del Santo
Patriarca San Joaquín y demás anexos otorgados por los muy Reverendos Padre
Prior y Religiosos del Convento de Santo Domingo" Está fechado el 6 de
octubre de 1711. Otro legajo, firmado en 1712 por el Prior de Santo Domingo
refiere la cesión de la capilla, su ubicación y el coste del retablo, pagándose
al escultor Pedro Escolano y al pintor Capazes .
Estos datos coinciden con el
documento Historia de la Fundación y sucesos mas nobles del Convento de
Predicadores de Zaragoza (…) escribió el Lumen Domus el Mº Fr. Raimundo Saenz
año 1639 y lo resume y aumenta el Mº Fra Jofeph Lamana año 1713 : "La
capilla se situaba entre la capilla mayor y la de Santo Domingo, donde
asentaron el retablo en su mayoría dorado. En medio estaba la imagen del santo con
la virgen en los brazos; al lado derecho el glorioso San José y a la izquierda
santa Ana. En lo alto el crucifijo y abajo, en medio del altar la descensión de
la cruz y a los lados los cuatro evangelistas. Todo esto en bultos dorados,
como también lo está la armadura y las columnas del retablo. Al pie del altar
hay 12 sepulturas para los cofrades".........
La Guerra de la Independencia y
la ocupación francesa de Zaragoza provoca una crisis en la actividad de la
Cofradía. Cuando el 6 de junio de 1814 se celebra capítulo se da cuenta del
estado en el que se encontraba la capilla después de haber sido utilizada por
las tropas francesas para depósito de pertrechos de guerra, acordando el
capítulo que se cobraran las seis anualidades que se habían dejado de percibir
para habilitar de nuevo la capilla, como así se hizo. Pero la Cofradía fue
perdiendo vitalidad y desde 1819 los ingresos comienzan a disminuir.
En 1834 se hizo notar las
dificultades que se presentaban para designar anualmente un mayordomo (último
año con reflejo en acta). Una esquela fechada el 17 de febrero de 1837 decía: “Los
Mayordomos de la Cofradía de San Joaquín avisan a V. a Junta General de la
Cofradía para tratar de colocar el santo y el altar en la Parroquia de San
Pablo, a quien han pedido y han conseguido el permiso necesario, pues de no
colocarse se perderá un valioso altar que costó muchos miles a nuestros
antepasados. Y suplican sus asistencia a junta el domingo 18 de los corrientes
a las 10 de la mañana en las Escuelas Pias. Sin excusa.”
Otra esquela fechada el 4 de
octubre de 1851 y firmada por los Mayordomos convocaba a nueva junta para “tratar
de colocar las imágenes del Santo, el San José y Santa Ana y retablo de su
capilla adonde más convenga, a fin de tratar de organizar la cofradía y que
cesen los muchos años que quedan suspendida”. Junto a esa esquela aparece
la lista de miembros de la Hermandad a fecha de 1851: 40 hermanos y 4 cofrades
espirituales.
Desde 1851 se deja de tener constancia
escrita de actividad alguna por parte de los cofrades. Y esto queda reflejado
en el libro de actas, en la página siguiente a la de 1834 cuando se refiere que
todo lo que se sabe de la cofradía desde esa fecha es por las referencias
verbales de don Manuel Dronda Azcárraga , “único cofrade superviviente, y a
cuya iniciativa se debió en 1897 el restablecimiento de la Cofradía, con el
título de Hermandad de Comerciantes, bajo el Patronato de San Joaquín” que
además conservaba algunas propiedades de la Hermandad, como un relicario, el
portapaz o diversos documentos.
El 23 de noviembre de 1897 se
crea una comisión para localizar el altar, las imágenes y otros efectos
pertenecientes a la Antigua Hermandad, comisión que debe encargarse también de
recabar para la Hermandad la devolución de lo que se encuentre”. Sabiendo que
las Capuchinas se instalan en la iglesia de Predicadores en 1859, resultó fácil
encontrar las imágenes en el convento de Manuela Sancho. En espera de disponer
de altar en San Cayetano se firmó un acta para dejar las imágenes en depósito
en el Convento .
El 27 de octubre de 1899 se
recoge en acta que, una vez acondicionada una capilla en San Cayetano, se
visite al Arzobispo y recaben de su autoridad permiso para trasladar la imagen
de San Joaquín que se encontraba en el altar mayor de las MM. Capuchinas. Se
envió un informe al Arzobispo que decía lo siguiente:
“Que la antigua cofradía de la
que la actual es continuación fundada en el Convento de Santo Domingo poseía en
ella un retablo con las imágenes de su titular San Joaquín y de San Jose y Santa
Ana, costeada con sus propios fondos; más destruida dicha iglesia el Excmo. Sr.
Cardenal don José Manuel García Gil, de piadosa memoria, dispuso por los años
1878 la traslación del citado retablo a la nueva iglesia de las MM. Capuchinas
reservando la propiedad a la cofradía para cuando pudiera utilizarse”
El informe dirigido al
Arzobispado termina diciendo que “suplican se digne conceder su superior
permiso para que las Religiosas entreguen y los cofrades trasladen al menos la
efigie de su titular San Joaquín, quedándose el retablo y las dos imágenes
restantes mientras que la cofradía no haga uso de ellas mayor necesidad ”
En la última junta del siglo XIX
celebrada el 5 de diciembre de 1899 figura que el Arzobispado ha tenido a bien
devolver a San Joaquín a sus legítimos propietarios. La imagen se encuentra
deteriorada y se encarga su restauración. Se recupera San Joaquín pero Santa Ana y San José
quedan en el olvido hasta hoy.
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