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Mientras los árboles se mecían al
compás del viento y los rayos del sol bailaban sobre el césped, allí, bajo la
sombra de un frondoso plátano, se sentaba un guitarrista solitario.
Sus ojos se pierden en el
monumento de la plaza a unas horas en las que solo pasean cuidadoras de
ancianos en sillas de ruedas y acompañantes de perros con necesidades.
Perdido en su mundo de melodías y
recuerdos de canciones que enlaza en su mente presto a volverlas a tocar. Para
él, la plaza no era solo un lugar de paso, sino un escenario donde las
emociones se convierten en música. Y así, día tras día, el guitarrista en la
plaza sigue tejiendo su hechizo, regalando momentos de belleza efímera a
aquellos que se detenían a escuchar, recordándoles que incluso en medio del
caos más ruidoso, siempre hay espacio para la calma y la contemplación.
Cidones posee un entorno natural,
pues su núcleo urbano se extiende al abrigo del monte Berrún, y en sus
inmediaciones se localizan también el embalse de la Cuerda del Pozo, la sierra
de Cabrejas y el monte Valonsadero. Y los
yacimientos arqueológicos hallados en las proximidades permiten afirmar que el
enclave en el que hoy se asienta Cidones ha estado habitado desde la Edad del
Hierro.
La iglesia de San Miguel Arcángel está fechada en el siglo XVIII, siendo reformada con posterioridad. Algunas casonas llaman la atención por su estructura que responde a la arquitectura popular de la zona. Asimismo, es posible encontrar en este municipio diversas casas construidas por indianos que, a su vuelta a Cidones, construyeron sus viviendas con visibles influencias de la arquitectura colonial. Se cuenta en una de estas casas pudo alojarse el poeta Antonio Machado durante su viaje hacia el cercano paraje de la Laguna Negra en el que se basa el relato de La Tierra de Alvargonzález.
Ibón de Estanés, uno de los más
conocidos y visitados que cuenta con unas sorprendentes vistas al Pirineo
Francés. Se encuentra a 1.754 m de altura y está situado junto a la frontera
francesa.
Es considerado uno de los más
bonitos del Pirineo. Su mezcla de piedras rojizas a su orilla con sus aguas
turquesas, hace de este ibón un paraje espectacular, más todavía en un día de
primavera, con temperaturas veraniegas y rodeado de las últimas nieves caídas.
Al Ibón de Estanés se puede llegar por cuatro rutas: desde Guarrinza en el Valle de Hecho pasando por Aguas Tuertas, desde el Refugio de Lizara en el Valle de Aragües del Puerto, desde Candanchú en el Valle de Canfranc o desde el parking de Sansanet cruzando al lado francés, siendo esta la más corta y sencilla.
El Ibón de Estanés es uno de los más
conocidos del Pirineo Aragonés, situado en la misma frontera con Francia. De
hecho, su acceso más corta y sencillas es por la vertiente francesa desde el aparcamiento de
Sansanet.
La senda está perfectamente
marcada. Primero atravesando un bosque de hayas en constante ascensión hasta
que se abre a extensas praderas encerradas por los grandes picos de nuestro
entorno.
Una vez alcanzado el puerto de
Estanés, a 1790 metros de altitud, veremos el ibón de Estanés.
