Que gran Jueves Santo se ha
vivido en este 2025. Todas las procesiones en la calle sin el desasosiego padecido
en los días precedentes; sin la amenaza de la lluvia, sin el frio del martes o
del miércoles.
Se ha cumplido el dicho
de los “tres jueves del año que relucen más que el sol". Jueves luminoso y
brillante en términos festivos, espirituales y religiosos. Y sobre todo en
términos cofrades.
Lo empezamos temprano desayunando
en El Picadillo, desde donde vemos salir de San Cayetano a las 9,30 h el traslado
de la Virgen de los Dolores del Prendimiento hacia la iglesia de Santo Tomás,
acompañada de su piquete de instrumentos. Poco más tarde se realiza también
traslado hacia San Pablo del paso de las Negaciones de San Pedro.
Es hora de entrar en San
Cayetano, comienzan los turnos de vela alrededor de los pasos que ya están en
el interior del templo, entorno a la imagen del Cristo de la Cama bajo su
palio. Estos turnos, junto a la “guardia romana” y la veneración del Cristo de
la Cama son uno de los momentos más emblemáticos y llenos de significado de
nuestra Semana Santa. Algo singular que se ha transmitido de generación en
generación creando una continuidad que mantiene viva la esencia de la Semana
Santa zaragozana que se ofrece a toda la ciudad. Desde que se abren las puertas
el flujo de gente es continuo, solo interrumpido por el devenir de las
procesiones; pues salvo el Silencio y la Eucaristía, el resto de las
procesiones o pasan por la plaza o inician y/o terminan aquí. Un Jueves Santo
que alargamos hasta la conclusión del viacrucis de la Piedad por el Boterón, como
siempre robándole horas al Viernes Santo.
Para que quede constancia a modo
de apuntes, apuntes a los que solemos recurrir con el discurrir del tiempo,
anotar que en el paso de la Verónica, paso que había sido la gran noticia de los dos
últimos años, echamos en falta, por problemas técnicos, las figuras estrenadas el año pasado, la de la madre y la niña en brazos. En la dirección tuvo problemas también la
carroza de la Virgen del Prendimiento, que obligó a variar el recorrido de la
tarde. Del resto, al menos visto desde la acera, todo lo que esperas y más en cada
una de las 15 procesiones vividas, seguidas y sentidas. Como decimos, al menos
visto desde fuera, porque quien ve la botella siempre vacía te dirá que a unos
se les ha ido las marchas, otros que se giraron antes de tiempo, de aquellos
que se pararon medio metro antes de lo programado, de algunos que llevaban mal
el hábito, o que cuanto nos hicieron correr, o cuanto rato hemos estado
parados, o, o, o ….
Día grande en la Coronación con
procesión matutina y traslado verpertino. Hoy si con su comitiva al completo
después de la entrañable y significativa procesión de ayer con motivo del 75
aniversario. Decir que tocaron marchas nuevas no sería noticia pues
habitualmente cada año estrenan una en su repertorio. Marchas del aniversario,
una para el grupo general y otra para el piquete de honor, han sido compuestas
con distintos trozos de marchas antiguas que ya no se tocan.
Comienza a ser cita de gran
expectación el rezo de dos estaciones a las puertas de San Cayetano. Al ritmo
de la jota se rinden honores al busto coronado de espinas, con el singular
vaivén de sus peaneros. Jotas oiremos muchas a lo largo del día, en casi todas las procesiones; pero en la Coronación hacen especiales las suyas
Como expectación es el que se
genera en la calle Dormer para presenciar el inicio de la procesión de la
Exaltación de la Santa Cruz; un bonito recorrido al ritmo de sus tambores y de
la banda de música, para terminar de forma emocionante al son de “La muerte no
es el final”. Toda una institución la Banda de Música de Botorrita que al año
que viene cumplirá 25 años acompañando esta gran procesión
Como ya es toda una costumbre ver
la Banda de Guerra de la Brigada Aragón I en la procesión de las Llagas de la
cofradía de la Crucifixión. Una banda que nos retrotrae a los primeros
acompañamientos musicales de las primeras procesiones de los años 40 y 50 del
siglo pasado, que representa la tradición militar la Semana Santa y que
fortalece el vínculo entre las Fuerzas Armadas y la sociedad civil. Además, se
suma al resto de componentes de la cofradía ofreciendo un empaque procesional
digno de destacar, con su sección a caballo, sus tambores, sus tres pasos…
Y si hablamos de empaque, y de
algo más, hay que hacerlo de la Eucaristía. Elegancia, gusto, refinamiento “zaragoceado”
que diría Javier Barco. Junto a sus refinados atributos sumamos la recuperación
del llamado “Guion Palo” (1967), un atributo que dejó de procesionar en el año
2008, cuando se encontraba en un delicado estado de conservación. Y alabar un
año más la iniciativa del “tramo de silencio” para facilitar que personas con
trastornos del espectro autista o con sensibilidad auditiva puedan disfrutar de
la procesión en la calle. Les acompaña musicalmente la Agrupación Virgen de
Gracia de Villarreal como lo viene haciendo desde el año 2023, agrupación cuyo
instrumento predominante nos dicen que son las trompetas. Como nos gustaría veros llegar a la
plaza de San Cayetano, aunque pasarais de largo.
Ya que estamos hablando tanto de
música merece que se destaque que las dos bandas de cornetas y tambores que
tenemos en la ciudad han salido en procesión. Acompañando con sus toques a la
Oración en el Huerto, la banda de Nuestra Señora la Virgen del
Pilar, mientras que la de San Pablo, a modo de homenaje hacia José Antonio
Simón Villaverde, lo hacía con la cofradía de Cristo Despojado. Quien no
conocía a Simón (“PalínPalotes”), desde sus tiempos en la Piedad, pasando por
la Oración en el Huerto para llegar a ser uno de los fundadores de la Hermandad
del Despojado. Fallecido recientemente tenía grandes lazos de amistad con
varios miembros de esta Banda de San Pablo.
Y hablando de San Pablo, nos vamos
con el Silencio, con la expectación del público para ver la salida salvando esa
costosa rampa que separa la calle del interior de la Iglesia de San Pablo. Este
año celebran el 50 Aniversario de la incorporación de la mujer a la Cofradía
del Silencio y por ello, como homenaje y recuerdo, para la ocasión, el Cristo de la
Agonía es portado por mujeres. Para el paso de la Virgen se han recuperado 6
candelabros, tras muchos años retirados, de cuando se estrenó esta
carroza en 1953. Que suenen las heráldicas, pasa el Silencio para entrar en el Pilar y luego realizar su acto de oración y recogimiento.
Donde no hay silencio es con el Descendimiento
y sus tambores. Como lo va a haber; una única sección que superan de largo los
400 tambores, todos juntos, seguramente números de récord. Como no, los vemos
llegar por Manifestación con “Botellín” para entrar
en la plaza con “Milenio”. Y como ya no caben forman en los dos lados de la
plaza y no solo en el del colegio Notarial como era habitual.
Volvemos a admirar, como hicimos el Martes Santo el nuevo paso de la Virgen de
las Lágrimas en su 75 aniversario, aunque este año sea solo la primera fase del mismo, en espera de verla con
doce varales, como los entendidos dicen que deben de ser los pasos de palio.
Vemos llegar a la Resurrección,
que si hace unos años en las grecas de sus pasos reprodujeron los motivos
neomudéjares del Colegio San Agustín, en este nos enseñan las nuevas hachas que
portan los hermanos según nuevo diseño que sigue la estética de los cetros de
la hermandad combinando madera torneada y metal.
Y como no citar a la cofradía de
la Llegad de Jesús al Calvario, arribando desde el barrio Oliver con sus dos
pasos, la Virgen el Perdón y el de la Llegada, historia presente del Santo
Entierro del siglo XIX, y la peana del Cristo del Perdón. La peana se recoge en el Colegio
Notarial al ritmo del piquete de honor acompañando por el resto de la sección
de instrumentos. A continuación, se toca “Oración” para introducir con todos
los honores la Cruz In Memoriam Se hace el silencio y comienza la marcha para
cerrar los pasos con “Hiel”, la marcha de
cierre para todos sus cierres.
La Columna no lo ha tenido fácil por
las obras en su salida de Santiago. Salvadas estas, que decir de la procesión.
Enorme, imponente, grandiosa, con sus cuatro pasos, su pequeña peana, sus
secciones de tambores intercaladas entre sus imágenes, que hacen sentir hasta
el extremo lo que es el tambor zaragozano con el final de su procesión. La
primera sección entra en San Cayetano con “Despedida” y la segunda con “La
Magdalena”, para juntarse con el toque de “La Americana”. Seguimos hablando del
“redoble final” cuando este se ha modificado en los últimos tiempos al rendir
honores a los atributos y a los nuevos pasos, intercalando la marcha de la
Virgen, la marcha Origen para la entrada de las Cruces In Memorian, y terminar
con la esencia, el ADN de la Columna, último redoble para el paso titular con
aceleración final.
Ya es Viernes Santo. El piquete
rinde honores al Cristo del Refugio, el doble de las campanas homenajea al “memento”, oímos el órgano, himno nacional; la Piedad está en la calle. Suena “Imperial;
nos vamos al Boterón. Gran Jueves Santo, el que merecemos.