Cerca de Fuencaliente, pequeña localidad de las tierras del Burgo de Osma, ese territorio de la España despoblada que nos apasiona recorrer en coche, nace el río Perales. El agua de dicho río proviene del manantial de la ermita, dirección a Santa María de las Hoyas. Los lugareños nos cuentan como de ese
manantial se extrae el
agua para regar la extensa huerta de que dispone la población, con sus judías, patatas y otras hortalizas; aunque las plantaciones de chopos para madera le están comiendo terreno. El agua de dicho
manantial es termal y antiguamente se utilizaba con fines medicinales para tratamientos estomacales.
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