VERONA

 

El Adige es impetuoso, revuelto, de corriente fugaz y bulliciosa por la arrancada que trae de los grandes declives de la cordillera próxima.

 Baja del Tyrol, pasa por Verona ya con caudal nutrido, y describiendo una enorme ese amenaza los muros

 y las calles de la ciudad como si quisiera llevárselos. Pérez Galdós 1888.

"Posee antigüedades romanas, aunque no tan hermosas como las de Roma. Y sin embargo de no estar en primera línea en nada, Verona es una de las ciudades más interesantes de Italia y una de las más visitadas por viajeros de todos los países. ¿A qué se debe la atmósfera de poesía que envuelve la ciudad del Adige y que atrae irresistiblemente al turista?.  La contestación es fácil. Debe sus encantos Verona a la imperecedera memoria de dos amantes célebres Romeo y Julieta".

Así introducía Benito Peréz Galdós el capítulo dedicado a Verona en una colección de artículos realizados tras su viaje a Italia en el verano de 1888. Pero como el mismo reconoce párrafos más tarde, Verona es el escenario perfecto para esos amores por su historia y su arquitectura, estatuas, calles y plazas, monumentos, el anfiteatro y cuanto Verona encierra, que no es poco para ser considerada sin más una ciudad de paso, pero por la que ni pasó Shakespeare, camino de Venecia, porque nunca estuvo a pesar de escribir "El Mercader de Venecia"