Volvemos a recurrir a la narración del viaje por Italia de Galdós porque lo explica mejor y porque transcurridos más de 130 años, la descripción no pierde vigencia. El hilo de Ariadna lo cambiamos por Google Maps, pero da igual, el buscador se pierde entre ese laberinto de calles y canales (sobre los que no se puede andar por más que se empeñe). Venecia impresiona por los siglos de los siglos.
“La gran Venecia, la ciudad cuya poesía y belleza, a fuerza de generalizarse, han llegado casi al amaneramiento. Así como la mejor música llega a cansar cuando se apoderan de ella los organillos, y así como la gran pintura se desvirtúa cuando se multiplican cromos y estampas, del mismo modo Venecia, antes de ser vista, se nos figura que ha de aparecer a nuestros ojos desmejorada por la vulgarización excesiva de sus encantos.
Y sin embargo no sucede así. Por
muchas noticias que se tengan de una ciudad y por mucho que se la haya visto
pintada, ya cuadros magníficos, ya en las tapas de cajas de guantes, siempre la
contemplación real de la misma nos hace rectificar ideas e imágenes. El natural
da siempre tonos inflexiones que nadie prevé.”
“La vida es en aquella ciudad
como un paréntesis. Así como Venecia no se parece a nada, así los días que allí
se pasan vienen a ser una interrupción de las condiciones normales en que vive
toda la humanidad civilizada.”
“La ausencia absoluta de coche
reduce los ruidos de la ciudad al de los roces humanos y al chasquido del remo
de las góndolas en los canales, y es comparable al silencio del campo que tiene
su ritmo especial y dulcísimo.”
“La ciudad es más grande de lo
que su población exige. Sobran casas, palacios, sobran residencias suntuosas y
humildes. Hace mucho tiempo que no se edifica nada. Todo es viejo pero ilustre
grande o impregnado dignidad como la nobleza del prócer que ha venido a menos”.
Una belleza que “aumenta
extraordinariamente con la pureza y diafanidad del aire, casi siempre sin nubes,
con el azul intenso del cielo, con la de arquitectura civil religiosa medio
gótica y medio oriental, con el color de los materiales de construcción mármol
blanco y ladrillo rojo, y por fin con esa patina de tono severos y simpáticos
que el tiempo y la humedad han puesto allí sobre toda la superficie.”
“Venecia no es todo agua con vulgarmente
se cree. También hay calles estrechas, laberínticas. Se necesita un trozo
bastante grande del hilo de Ariadna para andar por ellas sin perderse. Estas vías
o callejones abiertos entre las medianerías de las casas están enlazadas por
puentes. Dicen que se puede recorrer toda la ciudad sin embarcarse. Lo dudo”
1 comentario:
Vaya fotos !!!! 👏👏👏
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