Cuando escuchė al Presidente decir que un chuletón en su punto es imbatible el adjetivo me pareció tan raro en ese contexto que me recordó a Iñigo Montoya (el de "tu mataste a mi padre...") diciéndole a su "jefe" si sabía lo que significaba la palabra. Luego recordé que lo que decía el malo era "inconcebible", y que el "imbatible" era el propio Montoya con su florete.
Inconcebible es lo que tendría que haber respondido el Presidente sobre las ocurrencias de su Ministro.
Nosotros no estamos para ir de "chuletones". Somos muchos y no tenemos sueldo de Presidente ni de ministro del PCE. Pero podemos decir que esta parrilla de "chuletillas" de cordero también ha sido "imbatible" en nuestra merienda-cena.
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