Se agradece encontrar las iglesias abiertas. Las de San Esteban de Gormaz lo están. Y no solo eso, una guía te recibe a la entrada pero solo está para explicarte lo que tu quieras saber. O para que no se te escape ningún detalle si ve que pasas demasiado rápido por el. Y eso pasó con la sacristía. Pensábamos que no se podía entrar y nos invitó a hacerlo, sino nos íbamos a perder una de las curiosidades de la iglesia.
Una desafortunada intervención adosó esta dependencia al ábside románico que así queda oculto desde el exterior, si bien parte puede contemplarse desde la sacristía. Todo fue para dar forma a un camarín de la patrona y acceder a la imagen por detrás del altar. En algunas ocasiones líbrenos Dios y su Santa Madre de cofradías, mayordomos y camareras. Hicieron más intervenciones desafortunadas en aras de la modernidad neoclásica, pero alguna de ellas se han podido solventar, como la recuperación de la pintura mural del calvario gótico.
Completamos la postal diciendo que es una iglesia románica porticada del siglo XII, que sigue el modelo de gran parte de las iglesias románicas castellanas, y que preside desde su altozano a San Esteban de Gormaz de quien guarda su patrona.
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