Oros Bajo es un pequeño núcleo
rural en el municipio de Biescas, en la cabecera del valle de Tena, que conserva intacta la esencia
de los pueblos pirenaicos: casas de piedra con tejados de losa, huertos
cuidados con mimo y un silencio solo roto por el rumor de las fuentes y del rio
que desciende por el barranco desde la cercana
Por eso, el conjunto
arquitectónico pirenaico y la magnífica cascada que se erige dentro del cañón
por el que discurre el Barranco d'os Lucás son dos de los atractivos del
núcleo. Y entre ese conjunto arquitectónico aparece, casi mimetizada con el
paisaje y las casas del caserío, la pequeña iglesia de Santa Eulalia, un templo
que resume la sobriedad y la espiritualidad del arte románico rural en el
Pirineo aragonés.
Situada en un entorno de postal,
rodeada de prados verdes y con las montañas del Pirineo como telón de fondo,
esta iglesia románica sorprende por su sobria elegancia. Su origen se remonta
al siglo XII, aunque ha sufrido algunas reformas a lo largo del tiempo. La
planta es muy simple: una nave única que culmina en un ábside semicircular,
como es característico del románico. Los muros son de piedra tosca,
perfectamente ensamblada, y la cubierta de losa refuerza ese aire austero y
auténtico. Nada en ella busca la grandiosidad, pero todo transmite armonía y
equilibrio.
La torre campanario, de
estructura robusta y líneas sobrias, se alza a los pies de la iglesia, como un
vigía que desde hace siglos observa el paso del tiempo y protege el pequeño
núcleo de Oros Bajo.
Forma parte de las Iglesias
de Serrablo, conjunto de 14 templos construidos entre mitad del siglo X y
mediados del XI. Estos templos son de las iglesias cristianas más antiguas
que se conservan en España
Santa Eulalia es un ejemplo claro
de cómo la arquitectura, sin necesidad de artificios, puede expresar la fe, la
identidad y la historia de un lugar. En su sencillez reside su belleza.
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