Lo que escribimos ayer sirve para
hoy. Llegamos al Viernes Santo y se nos ha brindado como esperábamos; en todo
su programa de Siete Palabras y Santo Entierro, con luz y temperatura de
primavera. Y público; mucho público a lo largo del recorrido de la mañana, de
la tarde y de la noche. Porque también el Viernes Santo tiene más de 24 horas
haciendo trampa; la Piedad la compartimos en las horas que le damos al Jueves,
pero no se la restamos al Viernes, a las que sumamos las horas de la Soledad de
la Dolorosa.
De la mano de las Siete Palabras enlazamos con un Santo Entierro que resulta espectacular en su inicio al retomar el itinerario que se marcó en 2012 por las murallas romanas hasta que la reforma del Mercado Central en 2018 lo imposibilitó. Todo un parabién porque el escenario que ofrecen la fachada de Santa Isabel, las murallas, la plaza del Pilar, la de la Seo, la calle Sepulcro... es el más apropiado para lo que se celebra, en el corazón religioso de la ciudad. Los monumentos se convierten en un decorado perfecto y acogedor, ofreciendo estampas inigualables no solo para el público expectante, la mayoría convertida en ávidos fotógrafos, que abre camino a la procesión, sino también para los participantes bajo capirotes y terceroles, mantillas y capuchas. Es cierto que luego el recorrido es menos amable por el paseo Independencia, y que la comitiva discurre a veces entre parones y celeridad, pero todo se compensa sintiéndonos participes de una manifestación con más de 400 años de historia.
El Santo Entierro necesitaría proyectar un poco de pedagogía. Con el discurrir del tiempo cofradías y cofrades han podido olvidar lo que supone la Procesión General, y que aquellas son deudoras de ella; muchas se crearon para participar en él. El origen de estas y de sus procesiones lo tuvieron mucho más fácil al contar con los pasos que la Sangre de Cristo les cedió. Y gracias a esta podemos presumir de una celebración secular de siglos de celebración, más allá de tener veinte, cincuenta, setenta y cinco o casi noventa años de antigüedad. Por eso apena que algunas cofradías no salgan con sus mejores galas, o que muchos cofrades desdeñen participar en él. Es triste no contar con el misterio de la Eucaristía, del mismo modo que es de alabar la colocación de ruedas al Cristo de Miñarro o al de la Oración de Martín Nieto para no faltar a la cita. Como nunca falta la imagen más valiosa de la Semana Santa zaragozana, el Ecce Homo.
Otro apunte para ponernos en guardia. La Sangre de Cristo en los últimos años se ha caracterizado por recuperar símbolos, atributos y personajes en el Santo Entierro: la gran cruz, los faroles que le acompañan, los acólitos, las sibilas... Sin embargo, este año apenas se ha contado con siete romanos y solo dos de los doce hachones que escoltan a la Cama simbolizando a los Padres del seno de Abraham. Si a veces hay cofradías con problemas para portar un atributo o incluso sacar una peana en esta procesión, no tiene que ser fácil para la Real Hermandad completar todo el elenco de figurantes que necesita. Tampoco es difícil saber el orden de la procesión.
La noche aún nos reservaba el estreno de Nuestra Madre de la Divina Gracia para la procesión de la Soledad de la Dolorosa. Desde la iglesia de San Felipe hasta San Cayetano, esta imagen de Domínguez Velázquez, que espera estrenar al año que viene nueva peana, se convierte en la cuarta virgen que protagoniza la procesión, uniendose a la imagen de Calero en los años 1984, 1985 y 1986 en una primera etapa y desde 1995 a 2002; la Soledad de Palao entre 1987 y 1994, y la del escultor Rafael Ochoa desde 2003 hasta el 2019.
1 comentario:
Vergonzoso la equivocación de colocar a la Cofradía de las Negaciones después de la Columna. ¿Para qué sirven los cetros?, ¿para qué tanta gente con vara que no se da cuenta de la equivocación?, más aun cuando durante más de un cuarto de hora estuvieron dispuestos los pasos de la Columna desde la puerta de San Cayetano hasta Manifestación, todo lo que tardaron a desfilar el Prendimiento y la Humildad (es un tiempo) y mientras los Negacionistas en un rincón de la calle Buen Pastor. ¿Nadie se dio cuenta? Mal por la organización de la Sangre, que nunca ha sabido colocar a las Negaciones en sus sitio correcto. Mal por la Columna, que a buen seguro se adelantó a sabiendas del error. Mal las Negaciones que seguro que se quedaron a la sopa boba sin saber que pasaba con ellos. Por megafonía se escuchó antes la descripción de la Columna que las Negaciones, es un hecho probado. Pero, ¿porqué nadie avisó del error?, ¿acaso es una afrenta avisar del error a la Magna Sangre de Cristo?, y se podía haber solucionado perfectamente, dando la vuelta a la Plaza y enganchando la procesión por el Picadillo. Mala organización, y así sale todo.... Semana Santa Internacional.... Semana Santa de Pandereta.
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