Siguiendo la ruta que iniciamos por la carretera de Santa María de las Hoyas y que nos ha llevado a Orillares, Guijosa, Espejón, Fuencaliente y Fuentearmengil llegamos hasta Santervás del Burgo en busca del yacimiento de la villa romana de los Villares.
A la entrada del pueblo, a la sombra de la iglesia de San Gerbasio (con b), unos lugareños sentados toman la fresca. Les preguntamos el camino a seguir y el que toma la voz cantante nos espeta ¡No vayan!. Ante nuestro asombro le preguntamos el porqué, y entonces, todo amabilidad, nos cuenta que no hay no se ve nada. Que él, cuando tenía 14 años allá por la década de los 50, colaboró en la excavación, y que todo se llevó al museo provincial. Don Mariano Carro es todo un encanto. Entonces era el hijo del alcalde, y ahora jubilado y recientemente viudo, nos hace de cicerone, acompañado de su perra Bimba, por su pueblo, donde pasa todos los veranos viniendo de Pamplona donde reside. Como verás, el pueblo de lo más florido no puede estar. Nos presenta a las autoras de tal jardín y cuando terminamos la visita y la conversación, como si el tiempo no hubiera transcurrido y nosotros solo hubiéramos sido un paréntesis en la tarde, los lugareños vuelven a sus sillas junto a la iglesia, que ya no da sombra porque el ocaso se acerca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario