Hace unos meses un amigo me pasó esta foto sabiendo el interés que en mi despertaría, y que la guardaría en el álbum de tesoros fotográficos. A dos días de una huelga feminista convocada para todos los trabajadores, nos sirve para recordar y reivindicar el papel de la mujer en todas los campos. En las mismas cofradías no lo ha tenido fácil, y hoy, nuestra Semana Santa no sería posible sin ellas. Hasta sufrieron una huelga.
Ya lo recordábamos hace dos Cuaresmas en una carta cofrade
dedicada a la exposición fotográfica ELLAS, promovida por la añorada Asociación
Cultural Redobles. No son tantas las décadas que han pasado para encontrar
impedimentos a la presencia activa de las mujeres en la vida cotidiana de una
hermandad. Tuvo que ser a finales de los 60 cuando se comenzaron a dar los
primeros pasos, y no tener que hacerlo de forma clandestina, como se llegaba a
hacer en muchas partes de España para vestir el hábito. Conocemos anécdotas publicadas desde la cofradía de Jesús Camino del
Calvario en una revista de la Junta Coordinadora. Y como
también decíamos en la carta referida, en “semanasantas” tan
representativas, y que tanto han marcado la nuestra, como la de Sevilla o
Hijar (ya ves, tanto a los jartibles tracatras como a los del porrompompon), las mujeres no pudieron vestirse de nazarenos hasta 1987 o tocar el
tambor hasta 1997. También es cierto que hemos visto fotos de tamborileras en otros pueblos del Bajo Aragón de tiempos muy lejanos. Y es que nuestras cofradías siempre han sido un reflejo más de la sociedad en la que nos ha
tocado vivir.
Hoy en día no entenderíamos aquellas palabras de un Hermano
Decano de los años 40 que, para preservar los derechos adquiridos por su
cofradía en el Santo Entierro ante las peticiones efectuadas por la única
cofradía femenina, declaraba que no había lugar a la modificación propuesta, ya que esta podría producir enojo en la mayoría de nuestros cofrades (todos hombres), "ante los que no
podríamos fundamentar la modificación, máxime cuando la Iglesia concede siempre
a los caballeros la preferencia de ir más próximos al centro o motivo principal
de la procesión, que en este caso es la Cama del Señor”.
Si no llegan a incorporarse las mujeres a "este mundillo" con total derecho, no es que a día de hoy tuviéramos otra Semana Santa, u otras cofradías, es que a lo peor ni teníamos, o aquella se limitara a algunos actos residuales. Al menos en Zaragoza
Primero fue el hábito lo que se conquistó, luego los
instrumentos, los pasos, las peanas o las trabajaderas…… Pero aún falta camino
por recorrer; como en otros campos de nuestra sociedad.
La foto que ilustra la carta nos muestra a la banda femenina
que, en torno a Corita Viamonte y a las majorettes, se formó entre 1973 y 1978
para participar en las procesiones de la Dolorosa. El caso es que su andadura
terminó con una huelga…. Pero no precisamente feminista como la de este día 8
de marzo de la Mujer Trabajadora. Tampoco fue una huelga machista, como en algún
momento se quiso catalogar, queriendo negar a las mujeres la entrada en la
sección o su participación con un instrumento. De hecho, este incidente trajo como positivo que el 15 de mayo de 1978
se tomara en la Dolorosa “el acuerdo de gestar una banda mixta en la que puedan
participar tanto mujeres como hombres y que sea condición imprescindible para
pertenecer a esta banda el que sus componentes estén inscritos como hermanos de
la cofradía”. La huelga venía, mayoritariamente por el tema de la pertenencia a
la cofradía y el de la uniformidad tanto por la manera de llevar el hábito (llevaban el hábito de paje, con la cara destapada, sin gola, cuando además a los chicos no nos dejaban tocar hasta los 15 años), los instrumentos y otros enseres (fíjate en las bandoleras o en los aros rojos de las cajas), como en el estilo
de toques. Como en todas las huelgas hubo quien estuvo a favor y quien en contra.
Que le pregunten a Morata “lo que le gustó esa huelga”. O a los pajes de la
Virgen, que de repente nos vimos rodeados de unos señores, con los brazos
cruzados ocupando nuestro espacio natural delante de la carroza, que nos
quitaban los incensarios y creo que en algún momento hasta el estandarte
infantil. Con Antonio Lázaro, el del Faro de la calle San Pablo, durante años
la verdadera oficina de la Hermandad, y entonces vocal de infantiles, teníamos
suficiente compañía.
En la procesión es más difícil que te des cuenta, pero a día
de hoy, la sección de tambores de la Dolorosa, la de la huelga, es abrumadoramente femenina en número. Si puedes
fijarte en el concurso de este domingo solo tienes que contar cuantas mujeres figuran en la primera
fila. Ya te adelanto cuantos hombres: 2. Y eso sin discriminación positiva; por méritos de cada cual.
Concurso de Zaragoza 1981. Colección Jorge Navarro |
Crónica de El Noticiero. Jueves Santo de 1973 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario