miércoles, 24 de abril de 2024

El guitarrista en la plaza

 


Mientras los árboles se mecían al compás del viento y los rayos del sol bailaban sobre el césped, allí, bajo la sombra de un frondoso plátano, se sentaba un guitarrista solitario.

Sus ojos se pierden en el monumento de la plaza a unas horas en las que solo pasean cuidadoras de ancianos en sillas de ruedas y acompañantes de perros con necesidades.

Perdido en su mundo de melodías y recuerdos de canciones que enlaza en su mente presto a volverlas a tocar. Para él, la plaza no era solo un lugar de paso, sino un escenario donde las emociones se convierten en música. Y así, día tras día, el guitarrista en la plaza sigue tejiendo su hechizo, regalando momentos de belleza efímera a aquellos que se detenían a escuchar, recordándoles que incluso en medio del caos más ruidoso, siempre hay espacio para la calma y la contemplación.

 


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