La dama, cansada de su vida
inmóvil en el cuadro de Goya, le quitó el quitasol al mozo que le cortejaba, y
se escapó del lienzo. Con un suspiro de libertad, se presenta en las fiestas
del Pilar vestida de flamenca, su quitasol en mano, dispuesta a explorar una
nueva vida. Hoy no es un simple retrato; se ha convertido en la protagonista de
su propia historia, la dama que se negó a ser prisionera de un marco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario