Con esta hermosa frase se subtitula el libro de Carlos Pardos dedicado a la Cofradía del Santísimo Ecce Homo. Siglos de amor y devoción.
En el 75 aniversario de su discurrir como cofradía penitencial, el Ecce Homo nos presenta un libro que hacía falta. Un libro dedicado a la más antigua, valiosa y singular talla de entre las que procesionamos en Zaragoza, y con una historia de lo más bonita que Carlos nos acerca con rigor y escrita de de forma amena y comprensible.
La cofradía y la escultura merecían esta publicación. Y es que estamos hablando de una talla gótica con más de 500 años de antigüedad, de la que sabemos pudo realizarse en los Paises Bajos y poco más. Y así se reseña en el libro; desconocemos quien la realizó y como pudo llegar a Zaragoza. De este modo "continuamos a la espera de que algún día algún papel olvidado en un viejo legajo, quizás a muchos kilómetros, termine con nuestra ignorancia".
Así nos contaron en la presentación que se gestó el libro; ordenando y catalogando los legajos y escritos que se conservan en el Archivo Arzobispal sobre la parroquia de San Felipe. El Hermano Mayor le dice al autor si "esto dará para un artículo", a lo que Carlos le debió responder que para varios y algo más. De lo cual nos alegramos.
Siendo una obra de arte excepcional, y más que lo hace al encontrarse en Zaragoza, han sido limitados los estudios sobre la misma. Al menos, para el ámbito cofrade se restingen a las notas que hacen referencia al paso en los libros generales sobre nuestra Semana Santa, a la publicación "50 años de Gracia" de la propia cofradía del Ecce Homo, y a un artículo para el supercatálogo de la exposición "El espejo de nuestra historia" (1991); el cual creo que nos regalaron a las cofradías en el concurso de tambores de 1992. En todas estas publicaciones los profesores Carmen Lacarra Ducay y Arturo Ansón Navarro son los referentes, sobre todo en el aspecto artístico. A partir de ahora apuntamos a Carlos Pardos Solanas, un imprescindible entre nuestras cofradías. De los que siempre suman.
Hazte con el libro. Merece la pena conocer más a nuestro Ecce Homo. Tanto a la imagen como a la cofradía, esa cofradía devocional que nace en 1681 cuando se redescrubre la figura en el tercer cuerpo del retablo de la antigua iglesia, que debía quedar oculta a la vista entre la altura y la oscuridad. Ante acontecimientos milagrosos que se le atribuyen se origina una devoción, que a lo largo de los siglos gozará de esplendorosas fiestas, e indulgencias, privilegios y rogativas diversas. Será en 1995 cuando el Arzobispo certifique la unión de esa cofradía con la penitencial surgida en 1948 y así revitalizar este culto de siglos de amor y devoción.
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