Un paseo por la Garcipollera tiene su encanto. Una pista recorre este escondido valle que arranca en Castiello de Jaca con atractivos de todo tipo. Pueblos abandonados, ganadería, ciervos, pozas y agua embalsada para refrescarse en un día tan caluroso como hoy. Y todo para llegar a uno de los tesoros del románico aragonés, Santa María de Iguacel.
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