Oviedo, como todas las ciudades
de la cornisa cantábrica, es una ciudad coqueta y elegante. Y a estas
condiciones suman su condición de ser la Vetusta de la Regenta y los premios Príncipe
de Asturias. Clarín le otorga ser universal en la literatura española y los
premios ser actualidad y marco para las personalidades más influyentes año tras
año, además de una actividad cultural que para nosotros la quisiéramos
Ciudad pequeña, cómoda, llena de atractivos
visuales. Se rodea de montes y atrapa jardines, parques y enormes árboles. Una
ciudad hermosa y cuidada, plagada de estatuas por doquier que te permiten jugar su búsqueda por el callejero. A lo lejos, por el tumulto creado, intuyes que te estás acercando al objetivo. Los turistas esperan a hacerse las fotos con Mafalda, doña Anita Ozores o con Woody Allen (no se si, en estos tiempos de laica Santa Inquisición está bien visto hacerse fotos y admirar a Allen)
Zaragoza está perdiendo la
partida con ciudades de su liga. Con Bilbao o Málaga hace años. Con otras más
pequeñas como Oviedo, Santander o San Sebastián ni te cuento.
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