Ya te habíamos enviado postal desde el Bolao, esa pequeña cascada del Arroyo de la Presa, a escasos metros del mar, antes de desembocar en el Cantábrico entre sinuosos acantilados. Volvemos a franquear la postal al presentársenos sus seis metros de desnivel escalonados con más agua que en otras ocasiones en un atardecer precioso.
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