Entre las playas de Andrín y la Ballota, cerca de Llanes y por encima de los acantilados que las separan encontramos el Mirador de la Boriza. Habrá que volver una tarde sin nubes, deleitarnos con el atardecer en el Cantábrico (aunque nunca superará los que se contemplan desde la cántabra Gerra) y con mejor cámara que la que ofrece un simple teléfono. Además Casa Poli pilla cerca. Pero que bonito es España por Dios. No hace falta irse tan lejos, además de que la naturaleza siempre habla el mismo idioma... no entiende de bilingüismos.
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