Parece mentira que con la cantidad de patrimonio expuesto y las dimensiones que ofrece la sala se hallan quedado piezas y más de un documento sin mostrar. Es lo que le ocurre al lienzo de la Sagrada Familia, del que aparece una réplica en tela pues por su altura no cabía en la estancia de Ibercaja.
Ir a San Cayetano no necesita de excusa alguna, pero ahora es una buena oportunidad para contemplar en la capilla de la Hermandad de San Joaquín este lienzo en todo su esplendor, libre de la presencia de la escultura del santo que oculta su visión.
San Joaquín es el protagonista principal del óleo, el cual se encuentra custodiado por toda un grupo de "amorcillos" portadores de medallones donde se mencionan los parentescos del patriarca en relación a la Sagrada Familia: abuelo de Jesús, padre de María, suegro de José, esposo de Santa Ana. Es coronado como Padre y Cabeza de la Sagrada Familia de Dios y una orla recuerda a nuestra Cofradía de Mercaderes.
Lo fechamos en 1711, año en que la cofradía se embarca en un nuevo retablo para la capilla donde es reubicada la cofradía una vez que los Dominicos han reformado su iglesia conventual. Cuando en este recorrido virtual hagamos referencia a un manuscrito fechado en 1712, daremos detalles de esto, y porque lo atribuimos a un pintor llamado Capacés.
El caso es que queda todavía mucho por estudiar. Y seguramente por encontrar.
El caso es que también podría ser, dadas las características, fechado en 1796 cuando se realizan dos paños de difuntos “uno en terciopelo negro y otro en raso carmesí para párvulos, poniéndose en ambos su
respectivo medallón al medio con la efigié del Santo Patriarca San Joaquín y
demás adornos correspondientes y de manera que fuesen una cosa decente como corresponde
a la cofradía”. Un acta de 1806 nos dice que “se
halla como depositado y guardado el cuadro de la Santa Imagen de San Joaquín
que se hizo para el diseño del Paño de Difuntos, y que dicho cuadro se había
pensado y premeditado en años anteriores colocarlo en la capilla del Santo
Patriarca”. Dado que su colocación no suponía un elevado coste se procedió a
ello.
Como ya contamos con la talla del santo, y volveremos a recordar con otras que aparecen en la exposición, este lienzo sufre los mismo avatares que el resto de elementos de la capilla. Tras los Sitios de Zaragoza, el abandono en el que queda
el convento y la crisis en la que se sumerge la Hermandad , que intenta
ubicar su patrimonio en otras iglesias, provoca que lo que se conserva de la
capilla (las imágenes de San Joaquín, Santa Ana, San José y el lienzo) se
traslade en 1878 a
la iglesia de Santa María de los Ángeles del
convento de las Madres Capuchinas. Con el restablecimiento de la Hermandad se firma un
acta dejando constancia de que en esta iglesia se quedaban en depósito hasta
que la cofradía se encontrase en condiciones de establecer de nuevo el culto. En la última junta del siglo XIX, celebrada el 5 de
diciembre de 1899, figura que el sr. Arzobispo ha tenido a bien devolver la
talla de Santo Patrono a sus legítimos propietarios, siendo depositada en la Real Capilla de Santa
Isabel. No será hasta finales de los años sesenta del siglo XX cuando se vuelvan a hacer gestiones para la recuperación del cuadro, que volverá a estar junto a la escultura de San Joaquín en la actual capilla de San Cayetano desde el 24 de marzo de 1972 cuando se procedió a su bendición por el Excmo. Sr.
Arzobispo don Pedro Cantero Cuadrado y la asistencia de las autoridades civiles
y militares.
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