La feligresía entonaba el Pange lingua gloriosi mientras los monaguillos incensábamos la nave central, abriendo camino a don Leandro y don José Antonio bajo palio camino del "monumento". Los oficios de Jueves Santo concluían y ya habíamos visitado el primero. Todavía nos quedaban seis.
Ya lo decíamos el Domingo de Ramos, y así está siendo toda la semana. Estos días santos tienen mucho de aquellos Jueves Santo que, con siete pesetas en los bolsillos, nos dedicábamos a recorrer la ciudad de iglesia en iglesia visitando "monumentos" y recolectando las estampitas del Refugio. Y a lo mejor nos encontrábamos con alguna procesión en este discurrir de calle en calle, de plaza en plaza.
Hoy sabíamos que no nos encontraríamos con procesión alguna; los "monumentos" ya no son lo que eran y por no haber no ha habido ni palio ni Pange lingua... porque no está permitido cantar. Pero nos ha quedado el transito de una iglesia a otra donde si recogeremos estampillas y nos encontraremos con estampas de los pasos. Algunas vistas cientos de veces en su sitio, otras fuera de lugar o mostrándose de diferente forma a su habitual presencia.
Nos quedaremos con estas estampas con el deseo de que sean solo un recuerdo difícil de olvidar. Recuerdos de San Felipe, San Pablo, Sagrado Corazón, Santiago, San Gil, San Miguel, San Juan de los Panetes, Santa Engracia, el Portillo, de la Mantería...
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