El doctor Simón no sabe cuando es Semana Santa. Se le puede perdonar. Para alguien que todos los días, menos cuando estuvo de "cuarentena" o se fue a "surfear", tiene que salir a dar una rueda de prensa desde hace un año es fácil no tener respuestas para todo, o incluso hablar más de la cuenta. En otras cosas más importantes no ha sabido dar con antelación la resolución adecuada.
Yo mismo no se lo puedo tener en cuenta ya que al oír las declaraciones tuve que buscar el calendario para confirmar, día arriba, día abajo, cuando entrabamos de Ramos a Pascuas. No me había pasado nunca.
Hoy mismo me he enterado que es Jueves Lardero, por lo cual estamos a una semana del Miércoles de Ceniza; del inicio de la Cuaresma. Si no estás versado en el tema ya sabes, con el ratón atrapas las palabras, le das al botón derecho y abres la pestaña "buscar en Google". Haciendo esto puedes hablar de lo que quieras hoy en día. Conceptos como "Cuaresma", "comer de vigilia", "Miércoles de Ceniza".... ya no son del uso para todo el mundo. Para el doctor Simón, que aunque no sepa cuando es Semana santa si, que por algo estudió en Montearagón. Es que acabo de ver la película Los Vengadores y "Iron Man" en un momento dado dice que iba a hacer como "Jonás". Jonás no era un super héroe y hay que conocer un poco de la Biblia (difícil con los nuevos planes de estudio) para pillar lo que Tony Stark quería decir.
El tiempo, los días han perdido su valor. Esta mañana me decía una amiga que no se ha perdido el valor, sino la relatividad del tiempo. No estoy nada dado a las teorías de Einstein (ni siquiera dándole a buscar en Google; no me entero de nada), pero la frase queda estupenda en esta "entrecomillada".
A una semana de la Cuaresma. Y la agenda vacía. No tenemos ensayos, que ya ocupaban gran parte de la misma. No hay presentaciones a la vista de libros, exposiciones, actos o celebraciones. No hay capítulos, cultos, concursos ni exaltaciones. Galardón Tercerol, Premio Sanedrín o la anunciada vuelta del Dominum Nostrum. No me tengo que probar el hábito a ver si he crecido (solo a lo ancho), no hay procesiones. Ni siquiera almuerzos o vermuts. Y ya no digamos cenas de hermandad. Adiós a esos momentos compartidos que nos hacían reforzar nuestra unión co-frater.
Hay uno de esos montajes bonitos y emotivos, muy bien hecho y con mensaje de gran calado, que circulan por las redes convirtiéndose en virales. En un momento dice algo así como "aunque este año no salgan, al cofrade le da igual, que en su casa lleva puesta, la capa de su hermandad, y una medalla en su pecho a hierro y fuego marcá". Ojala fuera verdad y no una "wonderful world phrase", como la de "hagamos que todos los días sean Navidad". Lo dudo. Y además estoy pesimista. No vamos a salir de esta más fuertes.
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