No se como acabó el Premio Planeta de 1988 por casa. No lo he leido. No recuerdo haberlo comprado, quien me lo pudo regalar, de que biblioteca lo pude heredar o incluso "cholar". Pero por aquí andan las memorias de un señorito descolocado.
Descolocados nos ha dejado Filomena. La nieve a algunos ilusiona, a otros les incomoda o incluso les perjudica. Ha sido tal la magnitud de esta nevada que hubiera merecido un nombre o más glorioso o más horroroso; porque desde luego un chiste no ha sido.
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