Para llegar hasta ellas lo mejor
es aparcar en Barcenillas. El pueblo también merece un paseo, con sus casas
solariegas y sus “bosques” de Hortensias. Un letrero te señalará donde arranca
la pista , que entre prados y bosque de
avellanos y castaños, vacas y ponis en unos 4 kilómetros nos acerca a la
confluencia de los arroyos Moscadoiro y Barcenillas.
Buscando información sobre este
lugar encontrarás fotos del mismo que hacen más justicia que las mías. Ah, y
cuida donde aparcas en Barcenillas, de vuelta una señora indignada dijo que ya
no podía más, que habíamos aparcado frente a su ventana y que lleva todo el
verano teniendo que encender la luz de la cocina porque le tapamos el sol. No
era cuestión de discutir, pero con quien tendría que hablar es con su alcalde para,
o bien prohibir aparcar ahí, frente a su ventana, o bien pagar un badén. Es lo
que tienen los sitios cuando triunfan. Y como es el caso, poco dejan en el pueblo salvo las molestias de los foraneos.
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