martes, 7 de abril de 2020

Un sueño de Lunes Santo

















A pesar de no haber pasado todo el Domingo de Ramos en la calle, de no haber apurado hasta el último redoble de tambor en la calle del Doctor Palomar, en seguida le venció el sueño. Le faltaba la excitación de las emociones vividas, por eso quizá se durmió con facilidad, la que no encontraba otros años. Además tenía la cabeza como un bombo tras tantas horas de pantallas, de tantos mensajes de amigos con "ahora estaríamos aquí,  ahora allá", con desayunos y aperitivos virtuales.....Las imágenes del ordenador, los vídeos de YouTube,  las viejas diapositivas, los enlaces a redes sociales bullían en su cabeza en un desorden total.

La puerta de San Cayetano estaba cerrada. La de la calle del Olmo también.  A ratos llovía, cuándo no tenía ese frío traidor de las mañanas de los primeros días de abril. Buscó en el Buen Temple, en el Picadillo, en las Murallas.... desde ahí vio como la puerta ya estaba abierta. Y sin darse cuenta ya estaba dentro, pisando la tarima de madera. La señora María barre, y al rato se convierte en Mari Carmen. La Piedad colgaba de la grúa, al paso titular de las Siete Palabras le ponían flores pues se lo iban a llevar a la Parroquia de la Almudena, y el Descendimiento aparece y desaparece. ¿No tendría que estar en el Sagrado Corazón?; no que ahí ahora está el Rosario de Cristal.

Paco, Mariano y su cuñado y Juan el carpintero descuelgan la soga de la bóveda, hay que montar el monumento del Jueves Santo, y los chicos de la Dolorosa "poned cera, quitad cera" sacando brillo a su carroza. Hay más gente de la habitual, incluso la misma persona está en sus versiones infantil, adolescente y adulto con sus hijos y exégesis distintas también de estos. Los mayordomos se multiplican, tan pronto se llama Ricardo como Armando, se vuelve a llamar Ricardo y también Chechu, y Charli, pero  a este todos le llaman Chechu.

Una señora pregunta si alguien ha encontrado una bolsa del Corte Inglés con una camisa nueva dentro que acaba de comprar. Nadie sabe nada de esa camisa, ahora convertida en paños negros de "poned cera, quitad cera" en la mano de los interpelados. 

Paco se pone un casco romano y comienza a perseguir niños entre los pasos. Vuelve a estar el del Descendimiento y el suelo ahora es de mármol. Paco no debería estar ahí, ni el perro Pistolo que comienza a ladrar mientras Mariano ensaya la guitarra con su grupo pop. Una cuadrilla toca el tambor  y discuten quien redobla la Lenta Cortada de Manifestación. Morata dice que será él, pero alguien le recuerda que ya estamos en el siglo XXI; vale, entonces hasta 1985 que lo siga haciendo el, del 86 al 90 tú, del 91 al 95 vosotros y a partir del 2000 ya hablaremos. Mientras, otro comienza una letanía con "Imposiciones, "lenta", "sevillana", "la cortada", "nocturna", "sevillana" "lenta" y volvemos a empezar, y el resto le corrigen diciéndole que el orden es "Imposiciones", "sevillana" "nocturna"...... Domingo sale de la sacristía gritando "silencio, un poco de respeto, esto es una iglesia". Y entonces sale otro de la Sangre y dice "y si no os gusta os vais a otra iglesia". "Putos críos, cualquier día les prohíbo entrar y solo dejaremos estar a 130". 

Chuso se sienta en uno de los sillones de la Sangre de Cristo que han sacado para el monumento. Mira que está delgado, pero las termitas han hecho su trabajo de años y el sillón se abre en piezas por los cuatro costados. Vuelve a aparecer Domingo y grita el nombre de quien sospecha se ha llevado el respaldo con el escudo tallado de la Real Hermandad. Aparece el susodicho poniendo cara de tonto en la de buen chico y lo niega todo. Acusador y acusado se miran y se sonríen sabiendo lo que piensa el uno del otro.

Las paredes vuelven a ponerse en tonos gris. Ya es por la tarde, comienzan a poner las flores, no las velas... no, eso desaparece de repente, toca mañana, ahora hay que subir la Virgen. Ahí están los que saben subirla, los forzudos, entre ellos uno que era tío de todos pero que de repente también desaparece. Señoras vienen a vestir a la Virgen, y arriba del paso una viejecilla con parkinson a la que todos llaman señorita no tiene ningún problema en poner alfileres, joyas, mantillas y pañuelos. Un milagro.

De la sacristía sale olor a chorizo y longaniza. Acaban de montar una merienda ente decanos de todos los tiempos y miembros de la Sangre, que nos enseñan en la Sala Capitular su nombre puesto ya en  el memento. El sacristán saca una calavera del armario que hay sobre el escritorio de la esquina y empieza a declamar los versos de Hamlet. Julito pregunta, "Rafa, tú que sabes, esto del coronavirus no es para tanto ¿verdad?", y Rafa dice "No va a haber Semana Santa", a lo que Morata, vestido de arbitro y con la gorra de portero de la Romareda le espeta: "Joder Rafa, mecagüenmimadre.... expulsión de quien" 

Alguien dice, habrá que ir al viacrucis, y aparecen en un Simca con las ventanillas bajadas agarrando un bombo en el techo. Pero donde llegamos es a Santa Gema a ver la Exaltación. Ahí no necesitamos el bombo. Los Nazarenos ya están en la plaza España. A estos del barrio de las Nieves ya los veremos luego en la Maestranza. ¿desde cuando la Exaltación llega el lunes a la Maestranza?, desde hoy mismo. Nos subimos al Simca, que acelera. Alguien dice, pero ¿quien sujeta el bombo?, primera curva y a tomar vientos.

Estamos en la plaza de España. Los Nazarenos rezan una estación con las Siete Palabras, pero, ¿estos no estaban en la parroquia de la Almudena?, no no, que ahora salen de San Gil. Está lloviendo y deciden meterse en el arco del Deán, todos juntos, para no mojarse, con la peana y el paso de la III palabra. ¿Por que no se entra en la Seo?, no, es que las fotos salen mejor aquí, en el arco. No salen y se puede organizar un tapón con la Exaltación, que también querrá pasar por el arco. Como no salgan y aparezca mañana el Despojado se va a montar una gorda. Vayamos a ver al Calvario, que estarán  dando vueltas por Santa Engracia. Dicen que ya están en el patio de las Carmelitas. Pues yo me voy al arco de San Ildefonso, que como llueve se habrán metido ahí, y además tienen a todos los fotógrafos delante. ¿Y la Columna?, al lado, tocando "la Estrella".

Me voy a San Cayetano. La señora María barre la entrada. Domingo espera para recibir al Nazareno. Si entra el Nazareno será propiedad de la Sangre de Cristo. Eso ya no se lleva. Cantan jotas. Llega las Siete Palabras mojada, como casi siempre. 

Me voy a dormir. Los Lunes Santo son agotadores, como los Martes Santo, los Miércoles... los... aún nos quedan días. Suena el despertador. ¿Que día es hoy?.... Martes, pero no se puede bajar a San Cayetano. Surrealista si nos lo hubieran dicho antes del 8 de marzo.

3 comentarios:

Rosa dijo...

Cómo me gustan sus cartas D.Jorge!!! Y la de tiempo que llevaba buscando una de las fotos que ha colgado hoy. Gracias.

Sergio Anorak dijo...

Voy a poner un etiqueta a este cuento para marcarlo como una de mis entradas favoritas de todas cuantas has publicado. Eres nuestro Marty McFly. Me he reído, también me he emocionado y has logrado que viajásemos contigo en el DeLorean hasta unos tiempos en que no éramos conscientes de que todo cambia y, también, de que fuimos muy felices en aquel San Cayetano. Gracias una vez más, Jorge.

David dijo...

Jorge, ¡artista!, ¡vaya carta! Bravo!