En Asturias, los acantilados de San Emeterio conforman un espacio natural
de gran belleza, entre bosques de acebuches y encinas y con un rico patrimonio
arquitectónico y rupestre: los restos del monasterio de Santa María de Tina, la
ermita de San Emeterio, un faro del siglo XIX y la famosa cueva del Pindal y
sus pinturas de hace 14.000 años.
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