lunes, 15 de febrero de 2010

Zaragoza vs Bruselas II: La grand Place


Bruselas, como Zaragoza, tiene en una plaza el centro de atracción para todos aquellos que la visitan. Lo que para nosotros es la Plaza del Pilar, es la Grand Place en Brusela, sin lugar a dudas una de las plazas más bellas de Europa, corazón geográfico, histórico y comercial de la ciudad. En este lugar y en sus alrededores se celebraban mercados al aire libre desde el siglo XI, y de finales del XV data la construcción del edificio del ayuntamiento, que estimuló la construcción, en muy distintos estilos de las sedes gremiales de los mercaderes de la ciudad.

En 1695 el fuego de los cañones franceses acabaron con muchos edificios de esta plaza pero los mercaderes se aprestaron a reconstruir sus sedes y así compusieron el armonioso conjunto de edificios que hoy se contempla.

Nuestro Salón de la ciudad no es tan armonioso, sin embargo también es el corazón histórico, comercial y político de nuestra ciudad desde tiempos de los romanos, y entre los restos arqueológicos (los conservados y los cargados por el aparcamiento subterranio), la Seo, el Pilar, la Lonja, el edificio del Ciclón, la arquitectura franquista, y los adornos del Treviño y García Nieto (que ellos mismos se encargaron de recordar poniendo su nombre en todos los lados), esta plaza ofrece muestras de vida e historia de más de 2000 años.

También sufrió esta plaza la artillería francesa 113 años después que la belga, aunque los destrozos no fueron tan grandes, como demuestran las muescas conservadas en los muros de ladrillos del Pilar. Sin embargo otro tipo de destrozos hemos sufrido y en esto no contamos con el carácter de los gremios belgas. Es más, la Torre Nueva, en la cercana plaza de San Felipe se tiró porque molestaba, lo mismo que el arco del Arzobispado, las acacias de la Seo e incluso el quiosco de prensa que había frente al cine Pax.

A pesar de todo nuestra plaza tiene los suficientes atractivos para aquel que venga a visitarla. La Seo es impresionante, e incluso tiene un museo de tapices flamencos; la Basílica es lo que es, y te puede gustar arquitectónicamente o no, pero siempre esta llena de gente. Su retablo mayor es bellísimo (no tanto como el de la Seo), Goya podría haber pintado todas las cúpulas y la historia que rodea al Pilar tiene su encanto incluso para quien no sea creyente.

Y las fotos que ilustran las guías de viaje de las diferentes celebraciones que tiene la Grand Place a lo largo del año nosotros también las podemos mostrar, pues anda que no se celebran cosas en la Plaza del Pilar. Como les Tapis des Fleurs, que se celebra los años pares en agosto y la Place se alfombra con millones de flores, nuestra Ofrenda de Flores, que se celebra todos los años también tiene su encanto y no solo para los baturros.

Las tiendas de alrededor, las de recuerdos, en su mayoría son como las de aquí, con las típicas camisetas de “un amigo que me quiere me ha traído una camiseta de Bruselas” (pero en francés), y donde aquí tenemos Vírgenes del Pilar allí son de un niño meón. Eso si, para los lamineros, las bombonerías y las chocolaterías son todo un espectáculo de elegancia y de cosas ricas ricas (las brochetas de frutas con chocolate son una tentación), además de la variedad de gofres que ofrecen los puestos callejeros. De estas cosas nos ganan, pues la Plaza del Pilar se ha quedado un poco huérfana de laminerías. Una comparación lejana pero muy nuestra serían los chocolates con churros de la calle Prudencio, que con la demanda que tiene no se como no se abren establecimientos parecidos. Leónidas no funcionó en la calle Alfonso, pero es que era demasiado elegante para lo que aquí nos va.

A un paso de la Grand Place está la Boutique de Tin Tin. ¡que tentación!. En pequeña escala tenemos algunos de esos productos en Grilló. En Bruselas son importantes las tiendas de encajes. En la Plaza del Pilar teníamos desde 1885 la Mercería La Cruz en lo que hoy en la cafetería El Real. Una tienda encantadora, como lo era su última propietaria Doña María Pilar García Sanz, pero el negocio cerró en 1989 y solo nos queda el recuerdo de su interior en la serie de televisión dedicada a Ramón y Cajal.

A la plaza del Pilar se le podría sacar más provecho comercial. Faltan pastelerías y barras de tapas, chocolaterías y tiendas de otro tipo que no sean estilo El Maño o el Mañico, pero……. algún motivo habrá para que no lo haya, y el ejemplo más claro es el abandono del Pasaje El Ciclón. Mañana sigo con el en comparación con la Galería St. Hubert.

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