Acompañamos a la procesión del Cristo Resucitado hasta el Colegio de los Agustinos. Otra Semana Santa celebrada, otra Semana Santa que ya forma parte del recuerdo. Un recuerdo que quedará fijado por la lluvia que nos dejó sin Lunes Santo, y sin un Miércoles Santo y un Viernes Santo como nos gusta celebrar.
Unos recuerdos que quedarán reforzados, magnificando una tarde extraordinaria de Pregón, antesala de un fantástico Domingo de Ramos, un Martes Santo espectacular y un Jueves Santo vivido en plenitud. Y que sumaremos a esos instantes inhabituales, como nos ofrecieron las cofradías del Encuentro, entremezcladas sus filas, retornando con urgencia bajo la lluvia a San Cayetano. O acompañando al Nazareno en la mañana del Viernes Santo, o a la Piedad a primeras horas del Sábado Santo.
Será un año recordado por el cambio en el paso del Señor atado a la Columna y la recuperación de las águilas. Por los nuevos faroles en la peana de la Soledad y por supuesto por las nuevas figuras en el paso de la Verónica. Y por tantas otras cosas más en cada uno de nosotros. La Semana Santa de Zaragoza no para de crecer.
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