Una muestra excepcional cerró sus puertas el pasado 21 de enero. Eso es
lo que hemos podido disfrutar durante más de dos meses en la iglesia de San
Cayetano, continuando con la celebración de los 400 años de historia
documentada de la Procesión del Santo Entierro zaragozano. Seguro que habrá
voces (masculinas y femeninas, no vayan a leer esta carta sus Señorías
Montero y Lastra) que opinarán que ha sido más de lo mismo, y nada innovadora.
Desde estas cartas que te
enviamos creemos que no. No recordamos una exposición sobre nuestra Semana
Santa o alguna de sus cofradías que hayan durado tanto tiempo y acumulando el
número de visitantes que esta ha podido ofrecer. El lugar, el idóneo, el ideal,
la sede canónica desde hace 200 años de la Hermandad organizadora, la casa
común de los cofrades zaragozanos, que no solo acogía el rico patrimonio de la
Sangre de Cristo, sino que, además, dentro de ese, mostraba los pasos de su
propiedad gestados para procesionar desde este templo. Es más, este año
celebraremos el bicentenario de los Cristos tallados por Llovet para los pasos del
balcón de Pilatos, “Columna” y el del Camino del Calvario, a los que ya
admiramos de cerca, hacía un año, en el Alma Mater Museum del Arzobispado, los primeros que encargara tras los desastres de la guerra de los Sitios.
Una exposición sin artificios ni
nuevas tecnologías al uso, que muchas veces provocan que la belleza deje de ver
la verdadera esencia.Y es que las esculturas de los pasos se han convertido en
las legítimas protagonistas de la muestra, por encima de muchos otros tesoros
que hemos podido descubrir. Algunos, para la mayoría de nosotros, por primera
vez, especialmente esa acuarela enrollada en 33 metros de papel y que
desarrolla el discurrir del Santo Entierro allá por 1870 con todos sus
elementos. Muchos otros zaragozanos habrán tenido la ocasión de entrar por
primera vez en la sacristía, en la sala capitular de la Hermandad o discurrir tras
el retablo del altar mayor.
Pero volvamos a los pasos, a las
imágenes. Ya en marzo de 1982 en la Lonja pudimos ver una muestra con todos ellos, y alguno
más de los que no pertenecen a la Sangre de Cristo. Solo duró una
semana, y por eso, en el artículo que Juan Antonio Gracia
escribiera en el Heraldo de Aragón, animaba a todos los “convecinos a que no se
pierdan esta singular exposición (…..) dado que todos los elementos que se les
ofrece en el marco incomparable de la Lonja les va a sorprender (….) que serán
muchos los zaragozanos que irán a la Lonja, y por ello sería de desear que, en ocasiones
sucesivas, pudiera prolongarse el tiempo en que sus puertas estuvieran abiertas”.
En la exposición se veían los pasos tal
cual se iban a ver una semana después por las calles de procesión, o como las encontrarían
cada Jueves Santo en las "guardias" de San Cayetano por aquellos tiempos. Bien es cierto que, la amplitud de la
Lonja ayudaba a una mejor y serena contemplación.
Tal vez por eso, la Junta
Coordinadora volvió a animarse tres años después y en 1985 y del 25 de marzo al
8 de abril tuvimos la exposición “Las Cofradías y la Semana Santa” de nuevo en
la Lonja, pero en esta ocasión distribuida en cuatro salas según períodos históricos,
con más de 102 objetos en exposición y una publicación que era una maravilla, esa del cofrade del Silencio en la portada como protagonista. ¿Cuántas veces
pudimos llegar a ver la película “¿Plegaria y Redoble” de Ricardo López Lera y
Juan Abella (con la colaboración de Luis Ramón Pérez Josa y José María Murillo,
que nunca hay que olvidarlos) que ponían una y otra vez en un apartado de la
exposición?. Pues las mismas que hemos leído y releído el libro de García de Paso y Rincón que se vendía en la misma muestra.
De nuevo volvimos a la Lonja en
2006 con la exposición “María, en el Misterio de la Pasión”, también con un
estupendo catálogo todo sea dicho, y que se enmarcaba en la celebración del V
Congreso Nacional de Cofradías que aconteció en nuestra ciudad.
Pero lo excepcional de la muestra "Sanguis Christi Inebria Nos" ha estado no en lo que ya hemos visto una y otra
vez, sino en poder introducirnos entre esos pasos, entre sus imágenes, las
verdaderas protagonistas de lo que celebramos. Estar entre ellas y con ellas
como lo pueden hacer los privilegiados que alguna vez les toca montarlas,
limpiarlas o acicalarlas para la procesión. Discurrir entre el pueblo de
Jerusalén que se acerca a la borrica que porta a Jesús, ver a Malco dolorido
con el tajo en la oreja que le dió Pedro, la crueldad de la mirada del romano que corona a
Cristo con espinas, apreciar la copa que se le ofrece a Cristo con hiel y
vinagre, la sencillez del caballo y nuestros crucificados del Calvario….., reconociendo además que alguno de nuestros pasos no son bellos, pero arrastran mucho sentimiento en torno a ellos. Hay que ser justos y recordar
también la exposición del Cincuentenario del Prendimiento en 1996 cuando en el
patio de Montemuzo se instaló a ras de suelo todos los protagonistas de tal Misterio.
Por todo esto, gracias a los
promotores de la exposición, una hermandad que, con solo 50 miembros
(masculinos) ha sido capaz de mantener una tradición y un patrimonio a lo largo
de 400 años. 73 piezas componían la muestra y además de un pequeño libreto, con
textos de Wifredo Rincón, que es todo un regalo y que nos muestra con sencillez
la esencia de donde nace nuestra Semana Santa, si, la de aquí, la de Zaragoza.
Y es que, han pasado casi 40 años
y sirven las mismas palabras escritas por Juan Antonio Gracia en el citado
artículo “aquí está el gran mérito de la exposición, (…) que a muchísimos hará
descubrir con asombro y a otros contemplar con deleite una de las expresiones religiosas
más enraizadas en nuestro pueblo (….) porque, como ocurre con otras muchas
cosas que tenemos en nuestra ciudad las infravaloramos, sencillamente porque no
las conocemos”.
Pdta:
He tenido que recordar que los miembros de la Sangre de Cristo son todos masculinos por no llevar a error dado los tiempos que corren. No vaya a ser además que tengas que por costumbre leer, entender y descifrar frecuentemente artículos del BOA firmados por la Consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales en las que, una disposición adicional recuerda que "todas las referencias contenidas en la presente orden para los que se utiliza la forma de masculino genérico, deben entenderse aplicable indistintamente a mujeres y hombres".
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