Los cafés están para sentarse. Para ir andando por la calle ya inventaron los italianos los helados. Y los valencianos los granizados y las horchatas.
El café es una pausa. Una conversación. Una lectura. O simplemente mirar a otros que toman café. O mirar por la ventana. Ahora se mira poco por las ventanas, y menos todavía por las ventanillas. La palabra ventana en castellano es más bonita que en inglés. Mira a tu alrededor y verás lo poco que se mira. Lo poco que nos miramos.
Mírame y tomamos un café.
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