La bruma del Mar Cantábrico es uno de los ambientes más característicos de Comillas y hoy la hemos conocido en toda su expresión. Cielo despejado en el Monte Corona, como el de toda la semana, y bajando del monte, a la altura de Canales, donde debíamos situar el Cantábrico nos encontramos un mar de nubes. La bruma norteña, como el título del segundo poemario del poeta local, del poeta del mar Jesús Cancio (1885-1961).
Dicen que no hay una situación que defina claramente su formación al estar ocasionada por múltiples factores. Hoy posiblemente por el aire templado cargado de humedad que al pasar por las frías aguas del mar se condensa en pequeñas partículas de agua que se hacen visibles al ojo humano. Veníamos de las secuoyas californianas y nos hemos sumergido en las calles de Londres o en las más familiares de Zaragoza cuando bajas desde la Muela.
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