Escuché decir a Anasagasti, justificando el no saber vascuence, que "loro viejo no aprende a hablar". No se si te pasará a ti lo mismo, pero en los últimos años no sabes lo que me cuesta aprender las marchas nuevas. "Loro viejo". Tengo el aro del parche con más muescas que la pistola del malo. Pero los hay más que yo y no lo vamos a justificarlo solo con esto.
Lo que está claro es que de domingo a domingo no se aprende una marcha. Hay que echarle horas y días. Aunque me pongo a pensar y, en parte, el ser "loro viejo" si que condiciona. ¿Que se tocaba cuando yo comencé y tenía el disco duro vacio?: Lentas y marchas con sabor a Bajo Aragón, las cuales ya tarareabas antes de colgarte un tambor. No oías otras cosas yendo de procesiones u "oyendo" el Santo Entierro.
Para aprender a tocar una marcha primero hay que saber tatarearla. Así también lo teníamos fácil cuando iban surgiendo otros toques con clara fuente de inspiración y que respondían a nombres que determinaban su origen como "Bonanza" "la raspa", "el gordo y el flaco", "Viva España" ........todas ellas sencillas composiciones de influencia bajoaragonesa. Y es que "el gordo y el flaco" tiene la misma que "la palillera", o "la Raspa" que "la Calandina". Composiciones que además, normalmente, solo se componían de una parte en alto y su repetición en bajo.
Con el paso del tiempo y el arraigo de los concursos, estos se convierten en laboratorio de sonidos, en mesa de mezclas de las cuales puedes extraer alguna pista (doble sentido) para crear nuevos ritmos y composiciones más atrevidas y menos previsibles. Si tú formas parte de ese laboratorio lo tienes fácil, vas rodado a los ensayos y la cancioncilla te la sabes, sobre todo si es de origen conocido, y más si esta forma parte de tu moda o cultura musical. De esta forma en Zaragoza escuchamos marchas con arreglos más o menos acertados que van desde los Sitios de Zaragoza a Chimo Bayo pasando por Strauss, Tchaikovsky, la banda sonora de la Twenti Century Fox o el tío en américa de West Side Story, por Kiko Veneo o Depeche Mode. Hay cofradías que han sacado marchas similares sin plagiarse. Hay dos que tienen una inspiradas en Faith de George Michael, cuando esta canción era la cabecera de programa de aquel "Cerca de las Estrellas" de Ramón Trecet, que nos acercaba la NBA la madrugada de los viernes allá por 1988. Pero no suenan igual entre ellas. Y sin embargo puedes llegar a la misma composición con inspiraciones diferentes. Desde luego no sacralizamos estos ritmos sacándolos en procesión, pero ¿acaso no se canta en las iglesias desde los 70 el "Santo Santo" con música de "The Beatles" o el "Padre Nuestro" con música de Simon&Garfunkel?. El límite, creo, debemos ponerlo en no meterle el ritmo en el cuerpo al espectador de la acera y este se ponga a bailar.
¿Que ocurre ahora? Lo dicho. No solo que no me sirve ensayar de domingo a domingo, sino que además, mi disco duro ya lleno, está formateado de tal forma, y condicionado por el paso del tiempo, que cuesta aprender nuevos ritmos del que no conoces ni el origen (si es que los tienen), ni forman parte de tu cultura musical, y con composiciones alejadas de las tan sencillas subes y bajas y similares que salían casi por defecto.
Ante esto, y como escribiera Goya, "aún aprendo". Aprender y ensayar...... y sin vergüenza, "play back donde no llego. Vamos.... lo que hay que hacer siempre.
Vaya rollo.
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