Del mismo a los mismos.
Hace una semana, por mediación de la Asociación para el Estudio de la Semana Santa, y después de que les fallarán otras opciones, tuve que escribir una columna para ilustrar desde el lado cofrade el reportaje del Heraldo de Aragón que, bajo el titular “Las obras del tranvía y el recorte presupuestario marcarán la Semana Santa”, nos querían recordar que nada se escapa de la crisis en estos tiempos que nos toca vivir.
Unas líneas más abajo hago un corto-pego y le anexiono dicha columna. Ya sé porque no me aclaro con twitter. En 140 caracteres no soy capaz de sintetizar todo lo que ronda en mi cabeza. Ejemplo, la primera frase de esta carta. No sé cómo me atrevo a escribir frases tan largas con el problema que tengo con las comas. El caso que el periodista que me llamó por teléfono me pidió un texto con 800 caracteres. Me fui hasta los 1400 y aún habría escrito más. Especialmente en relación al tranvía. Y no por meterme con las obras, que son inevitables, como lo fueron a principio de los 90 las de la Plaza de las Catedrales. Tampoco por meterme con el tranvía, pues visto el diseño del Coso, el trazado de las vías es compatible con manifestaciones de todo tipo (otra cosa será el Paseo Independencia). Lo que nos debe de preocupar en el futuro es la voluntad política (también ciudadana) para cortar la línea al paso de las procesiones.
Pero volviendo a lo que le quería contar. Este fin de semana hemos comenzado los ensayos, y al igual que te cuentan de los ensayos de los costaleros o del piquete que ya llevan algunos días más, no da la sensación de que nuestra Semana Santa esté en crisis. Afluencia masiva a pesar de ser un largo fin de semana festivo y de unas temperaturas que han hecho honor al dicho de “San Valero ventolero”. Si a esto sumamos la cantidad de proyectos que muchas cofradías están presentando (nuevos pasos y atributos, remodelaciones, nuevas ideas en las procesiones, más costaleros, actos culturales….), lo dicho, no parece que la crisis afecte a la Semana Santa.
No podemos olvidar que nuestras cofradías nacen a partir de la peor crisis que vivió nuestro país en el siglo XX, y que luego se ha sabido sobreponer a todos los momentos críticos que pudieron afectarle en las décadas siguientes, siendo posiblemente la peor la que pudo ocasionarle la entrada de España a la modernidad en los 60 y 70, que invitaba a tomarse los días santos como vacaciones de playa y montaña. Creo que la única crisis que debe de preocupar a nuestras cofradías sería aquella que afectara a su identidad, a sus valores y a su compromiso cristiano. Y también a la que pudiera causar una mal entendida sociedad laica que quiera pagar a la iglesia con la misma moneda de excluir a aquellos “que piensan de otra manera”. Preocupaba leer estos días, en la edición digital del reportaje mencionado, como algunos ciudadanos cuestionaban hasta el uso de la vía pública para un acto “sectario” que incluso se servía de la policía para su organización. Algunos, por meterse con todo lo que huela a Iglesia (que es verdad que muchas veces lo pone fácil), pueden terminar diciendo que si la Parroquia del Carmen o el Refugio quieren dar todos los días de comer y de dormir a los pobres (no conozco ningún partido o sindicato que lo haga), que se paguen su seguridad y no hagan ir a la policía municipal a sus puertas.
Bueno, le pego el artículo que puse por título “Salir de procesión no tiene precio”. Hasta la próxima carta.
“No hay día que, leyendo la prensa, alguien no te recuerde que el 2012 va a ser difícil. Se acerca la Semana Santa y junto a esta columna nos avisan como su celebración pública también se va ver afectada por la coyuntura en la que vivimos. Pero no tiene porque ser así.
Todo apunta a que los recortes presupuestarios llegarán también a la partida que el Ayuntamiento zaragozano destinaba a la Coordinadora de Cofradías. El cofrade lo entiende desde el momento que ve como se recortan proyectos con más trascendencia social o de interés general. Pero conviene recordar que la mayor parte de ese dinero se destinaba a promocionar, con la marca “Zaragoza Turismo”, una Semana Santa, de las más importantes de España, fuera de nuestra ciudad. Los posibles beneficios de esta publicidad no van destinados a las cofradías, que seguirán saliendo de igual manera a la calle con más o menos folletos más allá del Ebro. Las cofradías autofinancian sus procesiones, principalmente con las aportaciones de sus miembros. De lo que cada una disponga se gastará más o menos en exorno floral, en cera, en iluminación en arreglos….. del mismo modo que de lo que cada cofrade disponga gastará en hábitos, en instrumentos…..Detrás de esto hay proveedores, artesanos, industriales, comercios….que junto a hospedajes, restauración, hostelería…….si que agradecerán que se recuerde que algo pasa en Zaragoza llegados los días Santos.
Para las procesiones más dificultades que la crisis va a poner la obra del tranvía. Transformémoslas en oportunidad siguiendo a las procesiones por otros lugares de los habituales. Nuevas emociones y sentimientos, nuevos recuerdos, nuevas fotos………”
No hay comentarios:
Publicar un comentario