Hoy, 25 de noviembre, lo han nombrado "día de las librerias". Falta les hace. El futuro lo tienen un poco negro. Si es que alguna vez lo han tenido claro. Las grandes superficies y el futuro tecnológico están en su contra.
No necesito tener un "día de las librerias" para acordarme de que existen. Hace un par de semanas ya lo conté (http://jorge-entrecomillas.blogspot.com/2011/10/una-tarde-de-librerias.html.) Cuando me sobra tiempo y no se donde ir, siempre puedo recurrir a cotillear por alguna de ellas. Eso si, reconocí que me encontraba mejor en las de tipo FNAC que en las del librero de toda la vida. Cuestiones de timidez, que eran las que no me permitían entrar a la Librería Lepanto, donde una campanilla anunciaba tu entrada, y prefería campar a mis anchas por la General que estaba en el portal de al lado. O por la librería de viejo Pérez, en el Tubo, en el solar que hoy ocupa el Jardín del Plata (Los libros de ocasión de la calle Pedro Cerbuna me pilla más a desmano).
Sin embargo, el miércoles estuve en "Los portadores de Sueños", en la presentación del último libro editado por Sergio Navarro, del que pensaba hablar pero aún no he sacado tiempo. Posiblemente "Los Portadores de Sueños" en la calle Blancas, y "Cálamo" (siempre recomendada por el Ausejo) en la Plaza San Francisco, sean, hoy por hoy, las verdaderas librerias de la ciudad, al frente de libreros de verdad. (Bueno, no esta bien generalizar de esta manera. dejemoslo para no meter la pata en las dos librerías que controlo por donde vivo y por donde me muevo)
Sergio Navarro presentó "El restaurante favorito de Nina Hagen", tercer volumen de su colección Eclecticos Anorak. La libreria abarrotada de familiares, amigos, compañeros y conocidos del autor, Sergio del Molino, y de familiares y amigos del editor. Que mejor sitio para presentar un libro que rodeado de libros. De hermosos libros, de todos los tamaños, tactos y colores. También de olores, porque los libros huelen. Muchos de los libros, la mayoría de los que allí había seguro que no leería nunca, por no entenderlos o porque no me dirían nada, pero verlos, solo verlos ya es un disfrute. Piezas únicas que como forma ya tienen justificada su creación. El mismo Sergio del Molino lo dijo. Su libro le encantaba, y esperaba que lo compraramos, aunque no lo fueramos a leer. El libro en si es bonito y merecía ser comprado.
Nunca diremos lo mismo de un Sony Reader 300, de un Amazon Kindler, de un Papyre 6.1, de un Star Ebook..........
Bueno, y como esta tarde-noche espero acabar la lectura de "El restaurante favorito de Nina Hagen", el próximo post ira sobre él.
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