jueves, 17 de septiembre de 2009

Falta un año menos 15 días y ya se echa de menos


COMILLAS. LO TIENE TODO.
Antonio López, el primer marqués de Comillas, sabía muy bien lo que hacía cuando convenció al rey Alfonso XII, para que eligiera el puerto pesquero de Comillas (Cantabria) como lugar de veraneo de la corte, a finales del siglo XIX. Y es que en la lista de sus muchos atractivos estarían las playas kilométricas de arena blanca, como la de Oyambre o la misma playa de Comillas, a las que completaría la espectacular vista de los Picos de Europa a sus espaldas, verdes en verano, níveos en invierno. Tras el traslado de la corte a Comillas, ésta dejó de ser uno más de los pintorescos puertos pesqueros de España, para convertirse en un punto de referencia de arquitectos catalanes que eligieron el pueblo para mostrar sus obras modernistas. El verano inolvidable de 1881 fue el principio de otra era. Las típicas casas cántabras de piedra con balcones de madera se codearon con la vanguardia de la arquitectura: el palacio de Sobrellano y la Universidad Pontificia, obras de Joan Martorell, El Capricho, de Gaudí o el monumento al Marqués de Comillas y el cementerio, de Doménech y Montaner, coronado por la imponente escultura del Ángel Guardián que posa como un pájaro, obra de José Llimoner.

DE PLAYA Y TIENDAS. Hoy, Comillas es un lugar privilegiado para pasar un verano muy agradable, sin calor excesivo y sin apretujones. Por la mañana, te puedes bañar en el mar, saltar con las olas y coger ese moreno dorado tan típico del norte. Por las tardes, pasear por las tiendas del pueblo, desde las tiendas de corte marinero con sus impermeables de goma amarillos, hasta las más vanguardistas como Alma Zen (plaza de la Constitución). Aquí encontrarás muebles y piezas traídas de Oriente, la India y Marruecos de la mano de la estilista Mª Eugenia Fernández de Castro (ex nuera de la duquesa de Alba). Y después de ir de compras, disfruta del paisaje de exuberantes hortensias y de las excursiones que te ofrecen los alrededores: San Vicente de la Barquera, Santillana del Mar, Suances o el paraje de la Tina Mayor.

UN SENDERO PARA CICLISTAS. Desde la plaza de Joaquín del Piélago, junto al Ayuntamiento, parte un carril-bici que te llevará hasta la ría de la Rabia, en el punto donde cruza el puente que va hacia Oyambre. Es un paseo fácil y agradable para todos los públicos, grandes y pequeños; veteranos y noveles. Pasarás por debajo del palacio de Sobrellano y la Universidad Pontificia; luego vienen el barrio de Rubárcena y un paisaje plagado de prados hasta llegar a la ría. Son un total de 2,5 km y se tarda unos 45 minutos en completarlos.CÓMO LLEGAREn coche: desde el centro se coge la A-1 hasta Burgos. Desde Burgos la A-67 hasta Torrelavega. De Torrelavega a Cabezón de la Sal, y de aquí a Comillas.

DÓNDE DORMIR. Hotel Joseín. 942 72 02 25. Ambiente muy agradable a orillas de la playa de Comillas y con vistas espectaculares. En temporada alta, 100 € y en baja, 80 €, incluido el desayuno. El Pájaro Amarillo. Mira a la playa de Oyambre y a los Picos de Europa. Desde 65 €. 94272 09 17. Hotel Dunas de Oyambre. 942 72 24 00. En Trasvía, entre la playa de Oyambre y la de Comillas. Vistas panorámicas al mar y a la montaña. Mucha tranquilidad. Desde 50 €.

DÓNDE COMER. Casino, en Treceño. 942 70 98 80. Croquetas de cabrales, carrilladas y chuletón. Precio medio de cena con chuletón: 25 €. Joseín, en Comillas. 942 72 02 25. Comida excelente y bien cocinada. Su especialidad es el arroz con almejas y es muy recomendable el pescado al horno. Precio medio: 25-30 €. Magnífico menú al mediodía por 18 €. Entra en el Bar Filipinas para comer de tapas. Sardinas y rabas no faltan. Prueba las almejas a la marinera. Desde 15 €.

COMPRAS. Productos típicos en Tinita (plaza Mayor) y Sabores Cántabros (Antonio López, 4).

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