La Dolorosa, en su conmemoración del 75 aniversario, está cumpliendo con lo que nos gusta a los cofrades. En espera de que en mayo haga poker con la procesión de acción de gracias, de momento ya tenemos el trio con la presentación en la tarde de este viernes de Cuaresma de un DVD. Primero fue la exposición, luego la publicación y hoy el vídeo conmemorativo. Una caratula más para nuestra filmoteca. Y con una cena conmemorativa, que es lo que suele proceder, ya el repoker.
La presentación, que ha contado con más asistencia que la que tuvo la publicación (una imagen vale más que mil palabras dicen, y también cuenta que para la ocasión no se marcó ensayo en el calendario), ha corrido a cargo Beatriz Rupérez y de su realizadora Laura Josa, la cual de manera sencilla pero con una realización impecable ha sabido recoger a través de los recuerdos y anécdotas de siete cofrades los sentimientos y emociones que podemos sentir el resto de la Hermandad.
Rodado de noche, no entenderíamos a la Dolorosa con otra luz; en siete lugares característicos de la procesión del Miércoles Santo, con siete cofrades, como los Siete Dolores. Sus recuerdos, especialmente para quienes los conocemos, para los que hemos vivido con ellos tal o cual momento, son también los nuestros, por lo que, sea con uno o con otro, los creadores del documental han conseguido que nos sintamos identificados con lo que nos cuentan. Y es que, a pesar de ser un vídeo, más que para verlo es para oirlo.
¡Como no nos vamos a sentir identificados con Eduardo Morata!, santo y seña de la sección de tambores y que configuró el estilo de la misma impregnando con este el del resto de la Hermandad. O con Alejandro Pardillos, que en su casa de la calle Cervantes nos recibía para tomarnos las medidas y confeccionar la túnica que muchos pensamos llevar más allá de nuestros días de paso por la tierra (creo que esto se amortiza de sobra las 20.000 pesetas del año 86, cuando deje de aprovecharme de las túnicas de El Faro). Que alegría ver a Julio Lázaro, a Julito. Sin él, además de muchos recuerdos alegres, no tendríamos procesión de la Soledad, o viacrucis en San José. Quien sabe, igual no teníamos ni sede. Y con el seguramente hubieramos tenido otra cosa distintas a las que tenemos (no sigo, tengamos la fiesta en paz).
Luis Ascaso, sin llegar a ser decano, el hombre de la transición hacia una hermandad más participativa y moderna. Memoria viva de su historia desde 1957. Sin él y su trabajo, todos esos que escriben sobre historias de la hermandad lo hubieran tenido más dificil. Sin duda el cofrade que más conoce a la Dolorosa. E Isabelo Forcén, Presidente de la Hermandad y cuya figura y apellidos nos enlaza con la tradición de comerciantes e industriales de la vieja Hermandad. O Carmen Marín, presente siempre en cualquier acto que celebre la Hermandad, y cuya casa siempre ha estado abierta para todo aquello que, especialmente las hermanas de mantilla, se necesite.
Pero tengo que reconocer que la aparición que me ha causado mejor sensación es la de Natividad Barrera porque...... no la conocía. Desde luego no conozco a toda la Hermandad; lo que se agradece es que en estas cosas aparezca alguien anónimo para la mayoría, lo cual no deja de representar a esa mayoría, la que participa en la procesión bajo el anonimato que confiere el tercerol portando la luz de una vela.
1 comentario:
Gracias por la parte que me toca y enhorabuena por este magnífico blog, ha sido un gran descubrimiento!
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