Mañana comenzaremos en casa a montar el belén. Tal vez sea un poco pronto (con todo lo que me he quejado con mis “pesadillas antes de Navidad”), pero, por un lado necesitamos mucho tiempo para instalarlo y tenemos un puente largo por delante, y por otro, recojo la tradición de mis padres que siempre lo instalaban el Día de la Inmaculada.
Es verdad que antes era el sonsonete de los niños del Colegio de San Ildefonso cantando los números de la Lotería Nacional el 22 de diciembre los que daban inicio a las fiestas navideñas, pero en casa, en muchas casas nos adelantábamos al día 8.
Y en casa era una fiesta. Salíamos de misa de Altabás y cruzábamos a la acera de enfrente donde estaba la tienda de Santos, de esas tiendas donde vendía el Heraldo y el Noticiero, los cuentos troquelados, los TBO, los guerreros del antifaz, los sobres de estampas y los de vaqueros y soldados en miniatura. Y en Navidad figuras y complementos para el belén. Era una tienda oscura, de suelo de tarima, con olor a humedad y unos mostradores de madera con tapa de cristal que se levantaban para sacar el genero. A principios de los 70 toda esa fachada de la calle Sobrarbe fue derruida para modernizar el barrio. Actualmente la tienda del Santos la ocupa un Martín Martín.
Bueno, entonces cruzábamos a comprar figuras, las últimas de plástico pues la de barro acabaron todas mutiladas, a excepción del pesebre. Luego llegábamos a casa y era el momento de montarlo. En los años 60 y primeros 70 lo colocábamos en el aparador del comedor de casa de nuestros padres. Luego pasó a instalarse en el vestíbulo sobre un tablón (que en origen era para montar el Ibertren y luego pasamos a pintar un campo de fútbol para montar partidos de chapas), y terminó colocándose en el suelo al adquirir un gran tamaño. Por eso, mañana cuando comencemos a instalar el de mi casa, tendré mucho cuidado de mantener las figuras, todas de barro de 12 cms, alejadas de los deseos de Isabel y Sofía, para no tener que terminar comprándolas de plástico. Laura y Lucía ya pueden ayudar. Ana dice que parece un belén de iglesia, pero a mi me encanta.
Estáis invitados a verlo. Además cada año tiene novedades, algunas copiadas de los grandes belenes que hay por la ciudad, o en otros de la familia, como el que pone Carlos, y otras inspiradas en interesantes libros que proponen trucos y consejos para realizar un nacimiento espectacular y realista. Otras me las invento yo. El libro que recomiendo hoy es “Ideas para mejorar su belén” de Miguel Álvarez Velasco, CEAC 2004.
La costumbre de montar el belén se atribuye a San Francisco de Asís (luego Paco Martínez Soria Armó el Belén), quien tuvo la idea de organizar en Grecchio en 1223 una representación del nacimiento de Jesús con la participación de gentes y animales del lugar. Un bebe fue acostado en un pesebre cubierto de heno, entre un asno y un buey. Esta tradición, fomentada por otras órdenes religiosas, se extendió por todas las iglesias, y con el tiempo, los personajes fueron sustituidos por figurillas hechas de barro o cera. Es entonces cuando comienza a conocerse como belén. Sin duda el más característico adorno navideño (a pesar de todo).
La tienda del Santos ya no existe, como tampoco existe la casa del Cine Norte. Y aquel belén instalado en el suelo, y del que el otro día nos recordaba el primo Alberto como el lago donde terminaba el río era un lata de jamón york, aquel belén ya no existe. Salvo el nacimiento, que lo tiene Arancha en su casa, algunas figuras, que se heredaron de la sra. Elisa Navarro, que las tiene Carlos y el portal que pongo yo en el mío.
Es verdad que antes era el sonsonete de los niños del Colegio de San Ildefonso cantando los números de la Lotería Nacional el 22 de diciembre los que daban inicio a las fiestas navideñas, pero en casa, en muchas casas nos adelantábamos al día 8.
Y en casa era una fiesta. Salíamos de misa de Altabás y cruzábamos a la acera de enfrente donde estaba la tienda de Santos, de esas tiendas donde vendía el Heraldo y el Noticiero, los cuentos troquelados, los TBO, los guerreros del antifaz, los sobres de estampas y los de vaqueros y soldados en miniatura. Y en Navidad figuras y complementos para el belén. Era una tienda oscura, de suelo de tarima, con olor a humedad y unos mostradores de madera con tapa de cristal que se levantaban para sacar el genero. A principios de los 70 toda esa fachada de la calle Sobrarbe fue derruida para modernizar el barrio. Actualmente la tienda del Santos la ocupa un Martín Martín.
Bueno, entonces cruzábamos a comprar figuras, las últimas de plástico pues la de barro acabaron todas mutiladas, a excepción del pesebre. Luego llegábamos a casa y era el momento de montarlo. En los años 60 y primeros 70 lo colocábamos en el aparador del comedor de casa de nuestros padres. Luego pasó a instalarse en el vestíbulo sobre un tablón (que en origen era para montar el Ibertren y luego pasamos a pintar un campo de fútbol para montar partidos de chapas), y terminó colocándose en el suelo al adquirir un gran tamaño. Por eso, mañana cuando comencemos a instalar el de mi casa, tendré mucho cuidado de mantener las figuras, todas de barro de 12 cms, alejadas de los deseos de Isabel y Sofía, para no tener que terminar comprándolas de plástico. Laura y Lucía ya pueden ayudar. Ana dice que parece un belén de iglesia, pero a mi me encanta.
Estáis invitados a verlo. Además cada año tiene novedades, algunas copiadas de los grandes belenes que hay por la ciudad, o en otros de la familia, como el que pone Carlos, y otras inspiradas en interesantes libros que proponen trucos y consejos para realizar un nacimiento espectacular y realista. Otras me las invento yo. El libro que recomiendo hoy es “Ideas para mejorar su belén” de Miguel Álvarez Velasco, CEAC 2004.
La costumbre de montar el belén se atribuye a San Francisco de Asís (luego Paco Martínez Soria Armó el Belén), quien tuvo la idea de organizar en Grecchio en 1223 una representación del nacimiento de Jesús con la participación de gentes y animales del lugar. Un bebe fue acostado en un pesebre cubierto de heno, entre un asno y un buey. Esta tradición, fomentada por otras órdenes religiosas, se extendió por todas las iglesias, y con el tiempo, los personajes fueron sustituidos por figurillas hechas de barro o cera. Es entonces cuando comienza a conocerse como belén. Sin duda el más característico adorno navideño (a pesar de todo).
La tienda del Santos ya no existe, como tampoco existe la casa del Cine Norte. Y aquel belén instalado en el suelo, y del que el otro día nos recordaba el primo Alberto como el lago donde terminaba el río era un lata de jamón york, aquel belén ya no existe. Salvo el nacimiento, que lo tiene Arancha en su casa, algunas figuras, que se heredaron de la sra. Elisa Navarro, que las tiene Carlos y el portal que pongo yo en el mío.
1 comentario:
He leído tarde (un dia después de la Epifania) esta nota, peor hoy es el dia que lo he encontrado.
Y me ha encantado y me ha emocionado lo que cuentas, porque me recuerda a nuestro Adviento, a Nuestra Navidad, la de nuestra familia de este Buenos Aires en el que para la Navidad reina el verano.
Mi padre, que ya estáen el cielo, nos ha dejado de regalo su espiritu, sufervor por laNavidad, y asi lo continuamois mi hermana y yo, y espero lo sigan mi hija y mis nietos , cuando los tenga
Gracias, muchasgracias por compartir este encantador relato.
Yo tengo hecho mi propio Belén. Lo hice en cerámica fría y tiene su historiaque en algun momento te contaré, porqueel que hacia mi padre teniafiguras inmensas. Este es pequeño, pero tiene mas variedad. Si quieres verlo ve a http://fotolog.com/viuda_de_lennon
y busca en le archivo diciembre de 2008.Alli hay un montón de fotos, porque este año he puesto pocas
Un cariñoso saludo de una de las escritoras del blog El Bosque Olvidado
Moni, o Doña Guiomar de Ulloa
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