En una semana de un día sí, un
día no, un día si, un día no… hoy tocaba Jueves Santo de procesiones; sin
incertidumbres, sin dudas, sin recorte de itinerarios, con todas las
procesiones en la calle. Desde bien temprano, con los traslados de las imágenes del Prendimiento y
las “Negaciones”a primera hora de la mañana de San Cayetano hacía Escolapios
o San Pablo, hasta la salida de la Piedad, camino de San Nicolás, invadiendo ya
los minutos de un nuevo Viernes Santo.
Todo ha discurrido con tanta normalidad
que, fuera de esta, tan solo puede llamar la atención ese inicio de traslado
comentado del paso de “las Negaciones”, que terminó regresando a San Cayetano
para poder disfrutar del mismo junto al resto de pasos e imágenes en torno al
culto zaragozano al Cristo de la Cama. La ausencia de los dos pasos de la
Esclavitud de Jesús Nazareno, que el lunes se tuvieron que quedar en San Miguel,
dejaban espacio suficiente para ello, además de evitar las dificultades que
siempre impone San Pablo.
Más atenciones nos reservaba este
gran Jueves Santo. De nuevo la cofradía de Jesús abrazado a la Cruz y la
Verónica vuelve a ser centro de consideración, como lo fue el año pasado, con una
nueva imagen en el paso. Una madre y su hija se hacen presentes en su paso de
misterio, creando una escena tan bien resuelta por Víctor Carazo que permite
contemplar todos los rostros de las tallas desde el lado derecho del paso. Ningún
protagonista, ningún elemento molesta en la contemplación de la escena, y lo
que es más importante, en la transmisión de las emociones interconectadas de
Cristo, la Verónica, el romano, la madre y la niña. Aún faltan más figuras,
será difícil mantener este equilibrio, como sucede en todo paso de misterio,
que de momento nos regala este paso. Su altura también ayuda en su
contemplación.
A lo largo de todo día, todas las
procesiones terminan por reclamar tu atención, aunque no presenten novedades,
aunque se muestren como siempre, pues nunca será igual.
Nos reencontramos con la Exaltación, habiéndonos quedado con las ganas de la procesión del Lunes Santo con la novedad de ver a su Cristo titular erguido sobre la peana en procesión desde Casablanca hasta la Maestranza. Al año que viene no puede faltar ese Lunes Santo deseado; como también lo ha sido este Jueves Santo tantas veces vivido, pero que tanto gusta, al son de sus tambores y de la Banda de Música de Botorrita.
Nos encanta el empaque de
comitiva que está configurando la Crucifixión en torno a los tres pasos que
procesiona desde el barrio de Torrero, más lo que aportan a aquella los caballos y la musicalidad, un año más de la Banda de
Guerra de la Brigada Aragón. Una procesión siempre especial con el embrujo
distinto que aportan las capuchas franciscanas.
A la Coronación puedes elegir
buscarla por la mañana y por la tarde. Y encontrarla por la mañana y por la
tarde, la misma cofradía, distinta procesión bajo distinta luz. Y esa manera
tan especial de “bailar” (no se si es el verbo apropiado o desde la cofradía
usan un termino específico) la peana del Cristo Coronado al ritmo de jotas y
tambores.
La salida del “Cristo despojado
de sus vestiduras” es bonita, distinta, peculiar, con esa larga rampa
encuadrada por la fachada de barroca de San Juan de los Panetes, el torreón de
la Zuda, las Murallas Romana, bajo la torre inclinada de la iglesia, en una
plaza recoleta que acoge a los cofrades y a un buen número de acompañantes. Y
que decir del emocionado canto y oración de una cofrade en la plaza San Bruno .
La Institución de la Sagrada Eucaristía nos ofrece ese gran gesto procesionando en silencio un tramo con el objetivo de que la Semana Santa, de que su procesión sea "más inclusiva y accesible para todos", especialmente para personas con trastornos del espectro autista o sensibilidad auditiva.
Y si esperabas a los costaleros
del Jueves Santo con el paso de la Cena en la plaza de la Seo, antes habrás
visto pasar al Descendimiento, pues las dos han accedido a la calle Dormer
desde la plaza, prácticamente una detrás de otra. Tuvo que esperar el Descendimiento entrando en Dormer a que la Eucaristía terminara de salir de la calle Mayor (una pescadilla que...). Dos procesiones muy
distintas, pero las dos impresionantes, por sus pasos, sus tambores, sus
atributos…. Y el número de participantes en el Descendimiento, tremendo; y no solo por los instrumentos. Como en el Prendimiento
Nos gusta ver salir desde el interior de San Pablo tras finalizar "los oficios", con la ceremoniosidad que otorgan siempre el acompañamiento de los Ministriles. Y vemos pasar a "la Oración", alegrándonos de la presencia este año del paso del Huerto
Del Señor atado a la Columna
hemos hablado mucho durante la Cuaresma; esto no quita que la reforma de su
paso titular, con la incorporación de las cuatro águilas de San Juan en su
esquinas, también reclamara la atención de todos aquellos que acompañaran la
procesión. Por mucho que lo viéramos en la procesión extraordinaria de febrero,
Jueves Santo es Jueves Santo, cuando las calles y las plazas se tiñen del rojo
de capirotes y terceroles de su gran procesión.
La Llegada llega desde el barrio
Oliver. Tras tan largo recorrido, y sus tres pasos, da cierta cosa verlos
esperar a que se desaloje la plaza para poder terminar su procesión. La Virgen
del Perdón, preciosa, en una carroza en la que no reparamos pero que es muy
bonita. Sin duda, la gran procesión
junto a “las Negaciones” desde Miralbueno en nuestra ciudad.
Pasan de las tres de la madrugada. Chispea. Sale el viacrucis del Boterón. Ponemos fin a un gran Jueves Santo. Un día si, otro no.... hoy ha sido si. Mañana no pinta bien
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