De un tiempo a esta parte, en los
escaparates de las tiendas y de grandes almacenes, en los hogares y en las
calles, el Cascanueces, un personaje de madera con facciones rígidas y una
expresión imperturbable, se convierte en el protagonista omnipresente de la
decoración navideña, desbancando al mismísimo Santa Claus. El rostro sonriente
de Papá Noel deja el hueco al elegante y misterioso Cascanueces. Las luces
destellan en su metálica coraza, frente a la abultada barriga y el traje rojo.
Dicen que Santa está celoso.
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