En el cerro de Castro, desde donde se domina las vistas a El Burgo de Osma, se encuentran los restos de la celtibérica Uxama, con asentamientos desde el siglo IV a.C, y que hoy se identifica en lontananza por su atalaya islámica en tiempos en que el Duero configuraba la frontera entre cristianos y musulmanes.
Entre los celtíberos y los musulmanes también dejaron aquí su impronta romanos y visigodos. Y hoy lo hacemos nosotros.
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