No son tantos como los que contemplaron en su momento a Napoleón, pero ya son. Un buen motivo para retornar a Burgos por el octavo centenario de la colocación de su primera piedra. Burgos lo está celebrando a lo grande, y como ponía hoy en la prensa; cuando los españoles nos empeñamos en conmemorar nuestra historia y nuestra cultura, nada nos detiene. Aunque a veces haya que pedir perdón por hacerlo.
Entre los fastos, el siglo XXI también quiere llamar a las puertas de la catedral; y hay un diseño de Antonio López para ralizar unos nuevos portones a los que se opone gran parte de la ciudadanía. Lo curioso es que en este caso la "iglesia" no es la "conservadora" que no quiere. Le pregunto a Cristina, que de esto ella sabe, y en una época pudo recorrer la catedral "como con Javi por su casa", y también tuerce el morro.
Después del gótico vino el renacimiento, luego el barroco, el rococó.... Y dejaron su huella en la catedral con obras que la enriquecen. Por qué no iba a dejar el siglo XXI su impronta, en el futuro, si lo hay, lo agradecerán. Al cabildo zaragozano del siglo XVIII Goya les pareció también demasiado moderno y solo le dejaron pintar una cúpula y una bóveda. El arte también es inclusivo consigo mismo ;)
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