No es la primera vez que estamos en el Monasterio de San Juan de Duero en Soria, pero en esta ocasión, con visita guiada lo conocemos mejor. Son malos tiempos para la cultura y para quienes viven de ella. Hay que aprovechar a los guías.
Así nos cuentan que el monasterio es una metáfora de Jerusalén y que las características tan heterodoxas, fusiones como de distintas épocas, que no tienen parangón en ninguna otra edificación hispana, fueron modificaciones con la idea de conseguir evocar al Santo Sepulcro de la ciudad santa para cristianos, judíos y musulmanes.
Incluso lo que consideramos un claustro, dejó de serlo para concebirlo como un atrio, por eso hay parte de las arcadas que nunca estuvieron cubierta, de esta forma se asemeja al patio que esbozan recreaciones del templo del Santo Sepulcro. Sin olvidar que desde aquí se vislumbra el Monte de las Ánimas.
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