Los de la Vuelta a Burgos han sido unos valientes. O unos insensatos ya veremos. Seguramente las dos cosas porque si no no sería el deporte de "los esforzados de la ruta". Pero hay que vivir sin miedo. Con respeto pero sin miedo. Primera carrera internacional en el retorno del calendario y aquí que se han venido gran parte de las estrellas mundiales. Ojala podamos disfrutar de todo lo programado en un verano y otoño que si no se tuerce (no solo por el virus; subir el Tourmalet en noviembre también es una lotería), va a ser espectacular.
Como espectacular va ser mañana la etapa con final en las Lagunas de Neila. Hace unos días volvimos a estar por ahí. Creo que sufriría menos subiendo en bicicleta que haciéndolo con la vieja Zafira, cargada de chavalería, mochilas y todo lo necesario para pasar el día. La Ministra de la triste figura y Transición Ecológica me diría que mejor hacerlo en bicicleta o que me vaya cambiando de coche; pero es lo que ahí, no se puede tener de todo. Así que, en algúno de esos tramos cercanos al 19% de desnivel, paro el coche, meto el freno de mano, pongo primera y a escalar a cuatro ruedas. Es cuando te viene a la memoria las palabras de tu cuñado alemán, aquel año que iba detrás de ti con su Volvo, y al llegar arriba, en el Mirador de San Francisco, suelta aquello de "ufffff, en algún tramo he tenido que meter cuarta". Me imagino como se tiene que sentir Pedro Sánchez en las cumbres europeas negociando con los "frugales" y demás.
Viendo por la tele a Landa, Valverde, Evenepoel, Yates..... sufriré con ellos pues, a pesar de ir en coche puedo ponerme en su lugar. Y desearemos que los organizadores de la Vuelta a Burgos vean premiados sus esfuerzos por ser valientes e insensatos.
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