Foto Archivo Dolorosa. Concurso 1974 |
Entré en la sección en 1980; el
último año de Morata como jefe de tambores, el último año que dirigió los
ensayos. Esto quiere decir que hay cofrades que pueden contar muchísimas más
cosas de Morata que lo que pueda contar yo. Tanto en la Dolorosa como de otras
cofradías. De los que todavía llevan una vida activa de Hermandad, la de cosas
que he oído a los Clemente Alloza, Pardillos, Benito, Jiménez Caudevilla, Julio
Lázaro, Jorge Navarro, Armando Ortiz, Ricardo Navarro, Almansa, Murillo, Saldaña...… Y ya no
te digo lo que pueden contar sus hijos (Eduardo, Concha, Kiko.... pero estos siempre han sido más
discretos y no ejercían de hijos). Hay una leyenda que dice que en un concurso marcó para entrar la "Sevillana", cuando no se había quedado en eso; como tampoco es cierto que se ganara el primer concurso de 1973 solo por su redoble; aunque seguro que contribuyó.
No me olvido de Javier Abadía, al
que todos señalaron como su sucesor, y que aparece presente con Morata en la famosa foto de
aquel primer grupo intercofradías que se formó para acudir a Hijar
representando a los tambores de Zaragoza. Si te fijas en esa fotografía,
Eduardo está en la posición donde se ponían los entrenadores antiguos. Y allí
están los dos, con Javier Martínez, Luis Navarro Agustín, Martínez de la
Coronación, Carrascón, Mostalac, Simón, García Paracuellos, Pimpinela, Pepe San
Juan, Oroz, Garuz, Pinilla; vamos, lo mejor de cada casa del 74. Otros tantos
que podrían contar mil historias del
tambor más carismático que ha tenido esta ciudad. Siempre se contaba con
él cuando se daba forma a cualquier evento representativo. Como cuando se creó
el piquete intercofradías para el pregón de 1985, junto a Martínez de la
Coronación o Simón de la Oración, siendo su repiqueteador, como no podía ser de
otra forma. Y allá por los años 60 hubo quien le debió ofrecer pagarle la "clausula de
rescisión" de haber existido. No puedo dejar constancia, porque no lo se,
que es lo que terminó pasando con 500 pesetas. También fue el primer tambor en
Zaragoza que dejó el parche de piel cuando Guallar le regaló el primer tambor
con parches de plástico y doble bordonera.
Foto facebook Luis Navarro Agustín |
Eduardo llega por casualidad a la
Semana Santa. Había tocado el tambor en el Frente de Juventudes y en "la
mili" (acompañando incluso con la banda de la Quinta Región Militar al
Cristo de la Cama en el Santo Entierro). Trabajando en una sastrería, un
representante de telas comenta que están creando una sección de tambores para
la hermandad de comerciantes y su jefe le señaló diciendo que ahí tenían un
tambor. Y allí se coloca, en la Semana Santa de 1958 al frente de trece
tambores y cuatro timbales.
En los años 70 yo salía como paje
de la Virgen, y antes del Santo Entierro nos pasábamos por la plaza de San
Felipe a ver ensayar a los de la cofradía. Se hacían rondos donde, además de
cambiar los bombos a los tambores, los aspirantes a repiqueteadores hacían sus
pinitos, porque en la procesión solo lo haría uno. En seguida, a pesar de tener
la mirada de un niño, te dabas cuenta de que ese señor del bigote era especial.
Restas ahora años y por edad no era tan "señor", pero pasa como con
los cromos de los futbolistas de aquella época, se ponían bigote y les caían
más años que los que tenían.
En 1980 comienzo a ensayar y todo
se confirma. El del bigote se convierte en el señor Morata (tardé años en
llamarlo Eduardo). Irradiaba maestría, respeto y carisma. Ojo no te pillara
apoyado a la pared. Hablamos de otros tiempos muy distintos a los de ahora.
Hasta el último día de ensayos (Viernes de Dolores por la noche pues la misa en
San Cayetano era a las 8 de la mañana)) no me dijo que saldría tocando en la
procesión. Me dio el tambor número 23, las baquetas y la bandolera, la misma
que sigo llevando ahora. Nuca la he cambiado. Y fue en procesión donde
entiendes toda su dimensión. Al ser bajo iba en la tercera fila. Morata siempre
por delante, encabezando la formación. Legión de seguidores y admiradores le
seguían por las aceras cuando le tocaba redoblar, cuando dejábamos de tocar "el
sube y baja", "la gitana", "Leciñena" "el gordo y
el flaco" o "el 1,2,3". Ya no te digo nada cuando enfilabamos
Manifestación. Rafael Benito escribe una percepción parecida en el "in
memoriam" que le dedica a Eduardo en el programa de Semana Santa. Casualidades
de la vida; en la misma hoja se recuerda también a don Antonio Lázaro, el que
con más paciencia que el santo Job nos llevaba a los pajes antes de pasar a los
tambores. El programa está en pdf en la web dolorosa.net. Merece la pena leer a Rafael Benito, texto que leyó en su funeral hace un año.
A partir de 1981 se van
sucediendo para dirigir los ensayos Javier Abadía, Ignacio Bailo y Fernando
Saldaña. Morata acudía cuando podía y el arbitraje se lo permitía. Pero llegaba
la procesión y se le devolvía "la banda" (como él decía). Y Manifetación, Alfonso, el
Pilar…. Todas “las lentas”, “la cortada”, “las sevillanas”, “las siete marchas”,
volvían a ser templadas y guiadas bajo su repique. Hasta 1987. Problemas de
salud le apartan del tambor, convirtiéndose Jorge Navarro en el primer
redoblador en procesión tras Morata.
Aquel 1987 la lluvia suspendió el
concurso que organizaba la Columna en la Cruz de los Caídos. A mitad de mañana
salió el sol y los que andábamos por ahí seguimos tocando. En esto que aparece
Morata con su bolsa de deporte y su chandal; venía de arbitrar. No lo podía
remediar, se cuelga un tambor y se pone a redoblar….Siento decirlo así, pero
había perdido “el ángel”. A todos los “mesis” les llega; y más por salud.
En 1988 le tengo que decir que no
va a redoblar. Hoy no lo hubiera hecho, hay cosas que no merecen la pena, pero no quería ver desmontar un mito. El “crepúsculo
de los dioses”. Intento paliarlo manteniéndolo el primero, delante de toda la
sección, pero no creo que le compensara. Alguien tendrá la mala suerte un día
de tener que sentar a Messi si no se retira antes. Y así le hicimos un homenaje
y reconocimiento, con placa incluida, en 1988 en unos locales de la Parroquia
de los Dolores tras proyectar la película “Redobles y plegarias”
A partir de 1989 sigue ensayando
y recuperando sensaciones pero no le queda más remedio que ser uno más del
grupo de redobladores que se va formando; eso si el primus inter pares.
Conseguimos incluso que se pusiera guantes como todos. Quería seguir tocando y
lo hará con tesón y humildad hasta 1996. Aún se vino con nosotros a las Jornadas Nacionales de Alcora en 1991, donde cerró la comida de clausura con un discurso que puso a todos enn pie. Es en estos años cuando en el disco
“Tambores de Teruel”, grabado en 1998 por los Tambores y Bombos de la Oración
en el Huerto de Teruel, podemos leer en el libreto anexo “..... los redoblantes
de la Dolorosa de Zaragoza, seguramente el mejor equipo de redoble de Aragón”.
Cumplir 40 años dándole al tambor
me permite decir que he tocado al lado o cerca de todos los repiqueteadores de
la Dolorosa. Los ha habido muy buenos, buenos y también regulares. Entre los
muy buenos y buenos los había con más recursos técnicos e imaginación (esto
también entre los regulares) que Morata. Pero el temple, la sonoridad, y la vibración
que producían sus muñecas provocaban un ángel en el ambiente como nadie ha
sabido transmitir y escasos los que se han podido aproximar.
Soledad de 1994. Morata con guantes. |
Por eso nos seguimos acordando de
él. Hermano de Honor de su Hermandad desde 2007, insignia de oro y Director
Honorario de su sección. La Exaltación le dio un homenaje en 2000, las Siete
Palabras también le reconocieron en la gala de los 75 años de tambor en
Zaragoza, y hace escasos años lo mismo hicieron los de la Banda de Tambores y
Cornetas de San Pablo. Como no nos vamos a acordar de él. Porque hablar de la
Dolorosa es hablar de la lenta, de la sevillana, de ese repiqueteo de Morata
que hipnotizaba a la gente por las aceras y mecía Manifestación marcando el
paso y abriendo camino a la Virgen Dolorosa.
Es hablar de la inimitable y tantas veces versionada lenta cortada, marcha
insignia de la Hermandad, en la cual el silencio se deja oír, formando parte de
un siempre improvisado repique, que ha creado escuela inconfundible y se
convierte en seña de identidad de esta Sección.
En una entrevista que podemos leer en la Revista Redobles nº 10 del año
2007 Eduardo decía “la cortada, la lenta, la sevillana…los sonidos de Semana
Santa deben teñirse de dolor, de respeto, con sonidos atemperados, nada de
ruidos de marchas rápidas. Creo que las marchas lentas de la Dolorosa entroncan
de forma perfecta con el sentido de la Semana Santa”. Que siga siendo así.
2006 |
2011. La última vez que le vi colgarse un tambor
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