Las Tierras de Pinares castellanas han encontrado la manera de
plantar cara a la crisis, retomando oficios antiguos vinculados a los
recursos naturales del territorio, como el de resinero. De
nuevo, la resina que siempre han llorado los árboles autóctonos, es rentable, con una labor que se realiza de la misma manera desde hace dos siglos y en la que no se mata al arbol.El pino pinaster es el resinero por excelencia y cada arbol es productivo entre 25 y 50 años
Son muchas las aplicaciones de la resina:
Tintas de impresión, pinturas, aguarrás, pegamentos, chicles, cosméticos, ceras
de depilación, fragancias.......
El bosque de la foto lo hemos encontrado cerca de Vadillo, donde también tienen un horno de pez, sustancia que también surge de la resina, tan importante para impermiabilizar barcos como botas de vino. Viva el vino.
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