Al término de la procesión me hablaba esta madrugada ya del Jueves Santo un cofrade, que una vez más podía dar gracias a Dios y a la Virgen por haber cumplido con su obligación. Que este año cumplía 45 perteneciendo a su hermandad, pues ya figuraba en el programa de 1972 como paje de la Virgen, aunque la antigüedad te la daban con el paso a hermano de número y eso, tiempo atrás dependía del buen o mal hacer de las secretarías de entonces.
Y daba las gracias a la Virgen porque en estos 45 años no había faltado a ninguna de las procesiones organizadas por su cofradía, dado que nunca se ha puesto malo, ni le han operado de algo, ni se fue de viaje de estudios, ni hizo la mili, ni se fue a conocer otras semanasantas, ni se ha enfadado con la cofradía, y en el caso de haberse enfadado no se iba a castigar el mismo no saliendo.
Me seguía contando que se continúa emocionando en cada procesión, en cada año que pasa, esté donde le toque estar en cada momento. De cuando fue paje guardaba entrañables recuerdos de Antonio Lazaro, cuando le dejaron por tener edad tocar el tambor, de Eduardo Morata y de los que vinieron detrás..... Le digo que como él habrá otros tantos en su cofradía y en todas, y me responde que si, que sabe que si, pero que la procesión va por dentro y cada uno llevará la suya particular.
Seguía hablando y piensa que han cambiado muchas cosas desde que comenzó. Que hace 45 años el Miércoles Santo era la noche del Encuentro y del viacrucis del Ecce Homo por el viejo Arrabal, y que hoy había ocho procesiones, incluida la incorporación hasta San Cayetano de la nueva cofradía de las Negaciones, con la hermosa talla de Jesús de la Soledad y que unos valientes han trasladado en procesión desde el barrio de Miralbueno. También barrios como el Oliver o Torrero han tenido sus viacrucis con la Llegada o la Crucifixión, la Humildad por la Magdalena y la Humillación la procesión de la Amargura por el Tubo y alrededores.
Este cofrade se sigue emocionando cada vez que se abren las puertas de San Cayetano y al son de la lenta comienzan a salir la comitiva. Los prolegómenos en la iglesia son menos cálidos que antes, pues la aglomeración de pasos y las normativas impuestas por razones de seguridad impiden esos momentos de encuentro y de intimidad con uno mismo que épocas pasadas permitían. Aún así, novedad como la de este Miércoles Santo con el Ave María recibiendo la salida de la Virgen, mientras los tambores redoblaban el toque "María" va a ser difícil del olvidar para el que me lo contaba por el sitio privilegiado desde donde lo vivió. Luego nos dijeron que las imágenes de Aragón Televisión confirmaban la belleza de lo vivido.
Recordaba recorridos más cortos, accediendo al Pilar por las Murallas, o a la Seo por Mendez Nuñez y Dormer, y que ayer también le fascinó el encuentro con el Ecce Homo, mejor preparado que otras ocasiones, donde la premura de tiempo o la improvisación no permitía tener en cuenta ciertos honores. Preciosa la marcha conjunta de los tambores y las matracas, con la novedad de las timbaletas propias del Ecce Homo que hacían su estreno esta noche. El recogimiento del acto recordaba a la recoleta plaza del La Seo donde vivió sus primeros encuentros predicados desde el balcón del Palacio arzobispal.
Se llega al Pilar, al Encuentro con la cofradía hermana de Jesús Camino del Calvario. Hasta aquí posiblemente sea de los años que más gente se haya visto en las aceras a lo largo de todo el recorrido. La noche acompañaba, pero las propuestas de las procesiones, sin duda, también. En esto, mi conversador amigo me decía que ahora se preparan mucho más las procesiones, y que los participantes son mucho más respetuosos y serios de lo que recuerda cuando él era niño.
El Calvario ya no trae romanos, pero van sobrados de cualquier otra cosa porque son de esas cofradías que tienen de todo y mucho. El Stabat Mater de Kodaly es otro clásico que perdura a través del tiempo. Seguramente el "lerele lere lerele lerele lere lere" también será recordado. Como las dos palabras de tres letras, "amo" y "cru".
Se agradece un encuentro con temperaturas agradebles. Los años 10 del siglo XXI no están siendo benignos con los Miércoles Santos, y los dos anteriores fueron de bajísimas temperaturas, de los que también se recordarán mientras haya alguien que los recuerde.
Y llegamos a Manifestación. La lenta cortada sigue siendo la lenta cortada. Esté quien esté, porque la procesión se lleva en el corazón y los redobles también. Como pasará a cualquier cofrade de cualquier cofradía cuando siente que termina la procesión y pide volver a vivir estos momentos al año que viene. Despedimos a la Virgen y a la procesión con el canto de la Salve, ese que ya se cantaba antes de que aparecieran los tambores que hoy cumplían 60 años en la Dolorosa.
Termina diciendome que todos los años uno se lleva un momento especial; este año seguramente fue el Ave María de la salida, pero la esencia de la procesión de los Siete Dolores sigue siendo la misma: oración y hermandad...... que no te despisten con otras cosas.
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