La primera luna llena de primavera sale temprano para presenciar la entrega del Cristo del Refugio a los hermanos de la Piedad. La tónica de lo que llevamos de semana se mantiene en las aceras y a esta procesión se le abre pasillo humano hasta San Cayetano, como el que le espera a la Eucaristía en su viacrucis por el Perpetuo Socorro, al Huerto o al Descendimiento a lo largo de su recorrido
Escribíamos ayer que las procesiones buscan las calles viejas y pequeñas. La calle Dormer se incorpora también a la noche del Martes Santo, el día que faltaba en el calendario, al incluirla en su itinerario la Crucifixión, evitando así la plaza del Pilar, También pasa por Dormer el Despojado, que estrena procesión y peana, pero no evita la Plaza del Pilar, que ciertos días y a determinadas horas, no es apta para todos los públicos (ni para todas las cofradías) salvo que valores la soledad.
Un miembro de la Sangre de Cristo escribió hace 80 años que "Zaragoza no es Andalucía", y no solo por el carácter de su gente, porque también nombraba al viento. Y este, aunque ligeramente, hizo acto de presencia ayer, dejándose notar al paso de la Crucifixión por el Puente de Piedra. Se que hay otros puentes maravillosos en otras ciudades, pero el cierzo por ahí no sopla. Y es muy bonito el paso del Ecce Homo y la Crucifixión con el Pilar de fondo, pero procesionar sobre él con una Virgen de vestir, con manto y corona, como la Crucifixión lleva haciendo estos dos últimos años, tiene sus riesgos, pudiéndose convertir en un "calvario".
Felicitar a la Cofradía de Cristo abrazado a la Cruz y de la Verónica por sus 25 años, que volvió a recibir el calor que toda cofradía necesita en su recorrido en el patio de la Casa General de las Hermanas de la Caridad, regalándonos uno de esos momentos que toda procesión precisa.
Y también felicitamos a la Oración en el Huerto en su 75 aniversario, a la que acompañamos en su lento caminar del Portillo a San Cayetano, donde despliegan todo lo que pude llevar un cortejo procesional: misterio, virgen, peana, banda de música y tambores. A su encuentro salió la cofradía de las Escuelas Pías a su paso por el colegio y la Coronación en la calle Alfonso. Nunca tan pocos dieron tanto, como demostraron en una despedida en San Cayetano de lo más solemne y emotiva.
Lo mismo hizo Calvario de nuevo con el Descendimiento en Santa Engracia. Ayer fue un Martes Santo con más Lágrimas que nunca.
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