Decía Cuchi el otro día que, si no fuera por el tiempo, no hay color entre el Cantábrico y el Mediterraneo. Las mareas aportan su plus a favor del norte. En la playa de Comillas, ese colmillo que ejerce de las profundidades submarinas, ilustra el sube y baja marítimo haciendo que cada momento sea distinto. Parece mentira como desaparece con la pleamar sin riesgo a chocarte con ella durante el baño.
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