Visitando el Monasterio de Silos este verano, somos aleccionados por el monocorde discurso del guía que nos va explicando, entre otras cosas, cada uno de los 64 capiteles del claustro bajo. De uno de ellos nos dice que solo hay tres iguales en el mundo, este y los que podemos encontrar en la Colegiata de Santillana del Mar y en el Castillo de Loarre. Casualmente los tres lugares se encuentran en las limitadas coordenadas en las que se mueve la familia (como limitadas debían ser las coordenadas geográficas de una persona, por muy artista que fuera en los siglos XII-XIII). Visitamos Santillana y encontramos el capitel, junto a un cartel que señala su singularidad compartida con Loarre (Huesca) y Silos (Burgos). Y este pasado domingo en el castillo de Loarre supuso toda una diversión encotrar el susodicho capitel. Lo terminamos hallando en la iglesia, pero en sin anuncio de que tiene otros dos hermanos y que por eso se puede catalogar de singular o especial. El castillo de Loarre tiene valor en si, lo mismo que el claustro de Silos o la Colegiata de Santillana del Mar. Pero eso no quita que, como hacen fuera, se destaque aquello que merece la pena distinguir por ser único o especial.
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