La estacada de Capbreton, un
largo embarcadero de madera construido en 1858 por orden de Napoleón III, se
adentra en el Atlántico como si quisiera acariciar el horizonte para decir adiós
al ocaso.
Cuentan que esta pasarela de más
de 180 metros tenía como objetivo guiar a los barcos hacia el puerto,
ayudándoles a sortear la temida ‘gouf de Capbreton’, una fosa marina profunda y
singular que rompe la monotonía de la plataforma continental. Con el paso de
los años, la estacada se transformó en símbolo de identidad para Capbreton y de
toda la costa de Las Landas, pues no es solo madera y clavos. De hecho, fue
reconstruida en 1948 tras ser bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial.
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